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Sevilla

El gobierno estudia adelantar el cierre de los bares de la Alfalfa

  • Zoido culpa a la llegada de los 'erasmus' del repunte de la 'botellona' Espadas lamenta el vacío legal existente y cree que el problema "se le ha ido de las manos" al ejecutivo local

El gobierno estudia adelantar el cierre de los bares de la Alfalfa

 Zoido culpa a la llegada de los 'erasmus' del repunte de la 'botellona'  Espadas lamenta el vacío legal existente y cree que el problema "se le ha ido de las manos" al ejecutivo local

Cinco días después de que los vecinos de la Alfalfa lanzaran un llamamiento desesperado e iniciaran una campaña de presión contra la botellona, los políticos empiezan a reaccionar. El alcalde, Juan Ignacio Zoido, anuncia la "tolerancia cero" con los problemas generados por la movida, cuyo repunte atribuye a la llegada de estudiantes; su concejal delegado de Seguridad y Movilidad, Juan Bueno, se reúne con los bares y los vecinos para tratar de adelantar el horario de cierre; y el líder de la oposición, Juan Espadas, avanza una moción que su grupo llevará al próximo Pleno del Ayuntamiento para instar al ejecutivo municipal a que garantice el derecho al descanso de los vecinos.

Éstos, bien organizados en torno a la recién creada plataforma Alfalfa Degradada, ven ahora cómo los políticos les prometen soluciones temporales para un problema que padecen desde hace décadas y no termina nunca de arreglarse. Con las leyes que hay, entienden, sobraría para poder hacer de la Alfalfa, y calles como Pérez Galdós o Siete Revueltas, una zona en la que sea compatible el ocio nocturno y el descanso de quienes viven en ellas. Sin embargo, hasta ahora, el Ayuntamiento no había hecho nada para que los bares cerrasen a su hora, y sólo destinaba once policías a combatir la botellona en toda la ciudad.

Ahora, después de la repercusión mediática que han tenido los vídeos e imágenes captados por los vecinos en los últimos días, el Ayuntamiento sí envía a decenas de policías para impedir ya no sólo que se celebren botellonas, sino que prácticamente nadie se quede parado en la calle o en la puerta de un bar. "Ni una cosa ni la otra. No queremos que esto parezca un convento", decían ayer algunos de los residentes durante su encuentro con el portavoz del PSOE, Juan Espadas.

Lo que piden es sencillo: que nadie vomite ni orine en las puertas de sus casas, que no haya cientos de jóvenes ebrios en la calle bajo sus balcones y ventanas a altas horas de la madrugada y que los bares cierren a su hora. "Si es que a veces no se puede ni pasar por aquí a determinada hora. Algunos vecinos han tenido problemas de agresiones. El otro día unos chicos que estaban orinando nos dijeron que nos fuéramos a vivir a otro sitio", explicaba ayer Concha Langa, una de las vecinas que asistió al encuentro con Juan Espadas. "Con las leyes que hay es suficiente, lo que hay que hacer es aplicarlas", indicaba otro de los vecinos, José Periáñez.

El Ayuntamiento, que mantiene en stand by la entrada en vigor de la nueva ordenanza antirruido -esa que prohíbe jugar al dominó en la calle-, trata de encontrar una solución negociando con los dueños de los bares. El delegado de Movilidad y Seguridad, Juan Bueno, se reunió con los empresarios de ocio de la zona, con los que negociará el adelanto del horario de cierre de los establecimientos. La Alfalfa está declarada zona acústicamente saturada (ZAS) y el Ayuntamiento podría obligar a los bares a cerrar antes, si bien Bueno aseguró que su objetivo es "alcanzar un acuerdo de máximo consenso que busque el equilibrio entre el ocio, el negocio y el derecho al descanso de los vecinos".

Además de los empresarios, el delegado se reunió también con los responsables de la Policía Local y de Lipasam. Hoy se verá con los vecinos afectados. "En ningún momento este gobierno ha mirado para otro lado, pero está claro que todo lo que se ha hecho no es suficiente y que, como ya dijo el alcalde, es nuestra obligación doblar esfuerzos para hacer prevalecer el derecho al descanso a los vecinos", apuntó Bueno, en declaraciones a Europa Press.

El alcalde, Juan Ignacio Zoido, anunció que el gobierno municipal tendrá una "tolerancia cero" con la botellona e insistió que en la Alfalfa no habrá un "dispositivo puntual, sino que se velará" de forma continuada por que se cumpla la ordenanza. Zoido añadió que "los últimos repuntes" del problema de la movida pueden deberse a "la llegada de estudiantes de intercambio del programa Erasmus, que participan en esas concentraciones y consumen alcohol en la calle, algo que está prohibido".

El portavoz del PSOE, Juan Espadas, también visitó ayer a los vecinos de la Alfalfa, a los que anunció que llevará el caso al próximo Pleno del Ayuntamiento. El Grupo Socialista presentará una moción para instar al ejecutivo municipal a que se cumpla la normativa y se garantice el derecho al descanso de los vecinos. Espadas calificó de "insuficiente" el dispositivo de 11 policías locales que se ponía en marcha hasta ahora y denunció que el problema de la movida "se le ha ido de las manos" al gobierno municipal. Por ello, pidió que se escuche la voz de "alarma" de los residentes y que se subsane el vacío legal existente y se publique -y por tanto entre en vigor- cuanto antes la nueva ordenanza de ruidos.

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