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El gran reto de Berizzo

  • El Sevilla se vuelve a reinventar en su afán de mirar a los ojos de su alto destino, la Champions

  • Óscar Arias crea una bonita plantilla con más veteranos que jóvenes

Un año menos un día después, víspera de San Antonio, Eduardo Berizzo aterrizó en Sevilla para darle un digno relevo a Jorge Sampaoli. El calor acogió a los dos argentinos en similar término que ese elevado listón que propone el Sevilla del siglo XXI. Un listón que se va subiendo centímetro a centímetro, en busca de un techo que sigue sin atisbarse para el sexto equipo en coeficiente UEFA, ¡el sexto de Europa! Es el gran reto de Berizzo, darle continuidad a la labor de Unai Emery y Jorge Sampaoli en esa escalada paulatina de un equipo llamado a reinventarse cada verano. Esta temporada hay un hilo conductor entre Sampaoli y Berizzo, como si el club hubiera encontrado un nuevo camino de hacer las cosas a lo Bielsa. El balón seguirá siendo el gran protagonista, con algo de más amarre táctico.

Como por ensalmo, el Sevilla reaparece redivivo otra vez en agosto tras unos meses con su habitual carga explosiva. La de este año, la huida con alevosía de Vitolo, escondido en un taxi para no dar la cara en el Ramón Sánchez-Pizjuán horas después de que José Castro anunciase su renovación. Fue la bomba del verano que hasta hizo olvidar la onda expansiva de otras explosiones menores: la marcha de Sampaoli para cumplir su sueño albiceleste y la de Monchi para buscar en la bellísima Roma la paz interior que aquí le faltaba. Fueron dos marchas anunciadas y el cuerpo de cada sevillista se fue haciendo a la idea.

Para tomar el testigo del gran Monchi, Óscar Arias ha apostado por cimentar la plantilla con un armazón de hombres veteranos y viejos conocidos. El regreso de Jesús Navas tuvo su puesta en escena ante 15.000 sevillistas en el Sánchez-Pizjuán con Kanoute de testigo. La vuelta de Banega ha tenido un cariz menos emotivo y más futbolero: nada más llegar se hizo con la manija del equipo y ya no la ha soltado. ¿Es posible que el Sevilla existiera sin Banega? Nolito pone el punto de calidad y madurez que el fútbol ofensivo y valiente que Berizzo requería. Duende de Sanlúcar Río Grande arriba.

La base ya era interesante: N'Zonzi en plenitud -si se queda-, el impecable Sarabia, el fulgurante Correa, el prometedor Lenglet, Escudero siempre tan notable... Y la vieja guardia: Pareja y Carriço como eje jerárquico del vestuario y Krohn-Dehli con galones de verdad tras su prometedor regreso al fútbol después de un año largo lesionado. A ellos se une otro fichaje con muescas en la culata, el capitán de la selección danesa, Simon Kjaer, en lugar de Rami.

Junto a ellos, otros futbolistas con menos recorrido y nombre: Guido Pizarro, que debutará en Europa a sus 27 años, en lugar de Iborra (éste sí se fue como el gran capitán que fue); Corchia, de la inagotable cantera francesa, para relevar a Mariano; y la incógnita sobre el lateral izquierdo, sin cerrar con la temporada ya iniciada tras muchos intentos.

Y Muriel, el fichaje más caro de la historia del club que tendrá en esos 20 millones que costó -calderilla en un mercado superinflado- un chivato difícil de burlar. El internacional colombiano tiene buena pinta, es potente, ágil en carrera, sabe jugar a la pelota. Es la gran apuesta de Óscar Arias, la competencia para un Ben Yedder que, con más confianza ya, debe romper en un Sevilla al que se le quedó chica la Liga Europa a base de ganarla y ganarla y que ya sólo halla motivación en el oropel de la Champions. Es su destino, y debe mirarlo a los ojos con hombría.

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