Helena Arriaza

El genial surrealismo tróspido

Pantalla táctil

23 de enero 2017 - 02:42

El programa Tú, yo y mi avatar es un claro ejemplo de cómo una buena presentadora y un buen equipo son capaces de transformar un formato que por su temática y sus participantes podría ser un fiel reflejo del decadente Mujeres y hombres y viceversa, en uno divertido, bien hecho y con el que acabar entre risas los lunes. Por fin ha vuelto Luján a televisión. Carlos Lozano no lo hizo mal en Granjero busca esposa pero el humor, las caras y las expresiones de la asturiana dan un plus a todos los dating shows que presenta, algo que en el programa de los granjeros se echó de menos. Las presentaciones de los participantes, de los avatares y las reflexiones que hace la presentadora son uno de los factores que hacen que merezca la pena ver la nueva apuesta de Cuatro. Otro de los elementos que ha vuelto a la cadena de Mediaset con este programa es el genial trabajo de producción y edición, que recuerda a la de otros dating shows presentados por Luján en los que entre otros el sonido, los escenarios exteriores elegidos para la grabación, la ambientación de las citas y el escenario interior (en este caso el de la peculiar fábrica de avatares) lo convierten en un programa con una dosis de surrealismo que provoca la complicidad del espectador con lo que está ocurriendo. Si esa parte se perdiera se convertiría en aburrido, sin gracia y que desaparecería rápido de la programación.

La teoría en la que se basa el programa es muy simple y a la vez una de las que más controversias genera en la sociedad en un tema como el amor. ¿Somos capaces de enamorarnos de alguien sin importar su físico? Pues aquí no queda otra, porque han tenido la gran idea de que los candidatos interactúen con los pretendientes a través de un avatar sin verles. Eso es lo que hace del formato algo innovador, que aporta humor y curiosidad. Y encima es idea original de la productora La Competencia y Cuatro. Algo que hay que destacar, que en España también se hacen programas nuevos y originales. El casting de los avatares, los candidatos y los pretendientes es igual de bueno que otros programas presentados por Luján como ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, Un príncipe para… o Un príncipe para tres princesas. Personalidades diferentes, con historias de lo más enrevesadas, físicos llamativos por determinados factores y modelitos dignos de ver son la seña de identidad de Tú, yo y mi avatar. Es de agradecer que el punto tróspido no se haya perdido, algo que convierte en más surrealistas si cabe las historias. La presencia de los avatares especiales, a quienes ponen cara algunos famosos como Patricia Conde, Adrián Rodríguez y Rafa Méndez, también es una gran idea. El problema, que ya se pudo comprobar la semana pasada, es que en Telecinco se emite el mismo día y a la misma hora la serie Sé quién eres, una ficción que de momento ha gustado, que promete y que le quita audiencia al formato de Cuatro. Esperemos que pese a no marcar los mínimos esperados se valore el gran trabajo que hay de atrás y continuemos disfrutando de las peculiares citas y del trabajo de Luján.

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