NO hay sábado sin sol ni mocita sin amor. Innovemos el rico refranero popular: no hay mitin de Zapatero sin un nuevo conejo saliendo de su chistera prodigiosa. El domingo pasado, ante muchas mocitas y mocitos entusiasmados, Zapatero precisó su promesa de un nuevo modelo de crecimiento económico: arrancará en Andalucía.

Un Consejo de Ministros extraordinario, a celebrar en Sevilla en fecha indeterminada, aprobará un programa especial que, bajo el lema-consigna de Andalucía sostenible, liderará el cambio del modelo económico español que habrá de recoger la ley de la misma música (ley de economía sostenible), previo pacto con empresarios y sindicatos. Gracias a esa ley el conocimiento sustituirá al cemento, la energía eólica y solar al petróleo y los empleos ligados a la innovación, más estables y mejor pagados, a los empleos precarios del ladrillo y otros sectores de menor competitividad. Y todos felices.

Este anuncio del presidente del Gobierno, que es a la vez ocurrencia, estrategia política y táctica electoral, tiene una conversación, aunque uno termine repitiéndose tanto como el líder supremo del socialismo gobernante. Lo primero que hay que decir: no se cambia un patrón de desarrollo así como así, de un día para otro, sacando una varita mágica y decretando que los agentes económicos dejen de invertir en la construcción e inviertan en placas solares, los peones se hagan telecos y los coches (¡cuya venta se acaba de subvencionar, por cierto!) no consuman gasolina. Esto se hace lentamente, en un largo proceso que compromete a toda la sociedad y que tiene un coste social inevitable, porque lo viejo siempre se resiste a morir y lo nuevo siempre llega provocando desgarros y cicatrices. Hasta Zapatero, al menos, así ha ocurrido históricamente. Nada que ver con esa imagen de Arcadia idílica que vende ZP, donde bastan un Consejo de Ministros y una ley para deshacer el camino andado, con éxito, durante décadas.

En segundo lugar, ¿cómo piensa lograr que Andalucía sea pionera del cambio? Si la ley de economía sostenible se negocia con patronal y sindicatos y se aprueba en el Congreso y el Senado de España, será para que se aplique en toda España y al mismo tiempo. Que Andalucía sea o no adelantada de este cambio dependerá de que los andaluces emprendan más que los murcianos o los de La Rioja en el nuevo marco fomentado por el Gobierno. Y si el truco está en que las ayudas y subvenciones que a buen seguro se arbitrarán para incentivar el nuevo modelo vengan prioritariamente a Andalucía, ¡menudo momento ha escogido ZP para favorecer a esta tierra! La financiación autonómica sigue empantanada. El día 4 Zapatero da un mitin en Barcelona. ¿Qué conejo sacará allí?

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