La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El teleférico, el talismán perdido
Mi dilecto delegado de Fiestas Mayores, el muy coherente Juan Carlos Cabrera, está a punto de caer en pecado de incoherencia o, quizás, en todo lo contrario, que el que la lleva hay veces que la entiende y él sabrá por qué lo hace. Me refiero a su propuesta de que la Feria 2019 se celebre en mayo, pero no una parte, sino enteramente, totalmente en el mayo florido y hermoso, el mes de los chaparrones que hacen que los pinos lloren al aguardo de la Blanca Paloma. Lo propone bajo la excusa de que es conveniente que las dos grandes fiestas de la ciudad se programen considerablemente separadas. Dos semanas de intervalo entre Semana Santa y Feria es lo que aconseja Cabrera y sus razones tendrá, pues no es hombre caprichoso. Con esa propuesta se acaba de un plumazo con lo de Feria de Abril y, además, se puede abolir la festividad del Rey Santo, conque...
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