Luis Carlos Peris

De acuerdo con Jorge Valdano

Desde mi córner

Al señor obispo de Barcelona se le vio el plumero cuando no midió por el mismo rasero dos negocios idénticos

27 de agosto 2009 - 01:00

DÍCESE que quien dice lo que no debe escucha lo que no quiere y eso ha debido pasarle al obispo de Barcelona. El señor prelado se manifestó cuando el fichaje de Cristiano y se calló cuando el Barça hizo idéntico desmán en el de Ibrahimovic, de ahí que tenga que permanecer con la boquita cerrada cuando Jorge Valdano, asistido de gran parte de razón, ha salido en defensa de su parcela atacando a la contraria, ésa donde voluntariamente se ubicó monseñor. Lo que no termino de entender es por qué se arremete ahora contra Valdano y no desde Barcelona, que eso sí lo entendería, sino desde trincheras afines al Realísimo.

Hay que insistir en eso de que quien dice lo que no debe oye lo que no quiere, pues tan inmoral fue un dispendio como el otro. También tiene razón el argentino cuando recalca que el Visca Catalunya de cualquier recién llegado no tiene similitud en Madrid y que nadie grita Viva la Comunidad de Madrid. Y la verdad es que si sería ridículo que en el acto de presentación de cualquier futbolista del Madrid vitorease a la Comunidad que le acoge, en la distancia parece igual de ridículo oír lo del Visca Catalunya en boca de un camerunés, un brasileño o en la del mismísimo Iniesta, natural de un pueblo de la Mancha de cuyo nombre no me acuerdo.

Sin embargo, no coincido con Valdano cuando le otorga exclusividad en la globalización de la aldea al Realísimo para decir que el Barça se mira el ombligo siempre que el ombligo caiga dentro de Cataluña. Ahí minusvalora Jorge el radio de influencia del gran club blaugrana, aunque bien pudo haber dicho que mientras que el Real Madrid propala el nombre de España, en el Barça de Laporta se intenta que suene sólo el de Cataluña y pase desapercibido el nombre de España. A todo esto, el presidente de la Lazio anuncia que no fichará a ningún futbolista que observe el Ramadán. Está claro que la aldea global tiene fisuras y que el fútbol no está a salvo de ellas.

stats