En el adiós a un artista auténtico

08 de noviembre 2017 - 05:37

Miraba a la vida sin rencor y eso que la vida apenas le regaló algo desde que viniese al mundo en una modestísima casa del Retiro Obrero, en una Avenida de Miraflores que nada tiene que ver con la actual. "Cómo va a tener que ver. Aquello era el campo, nuestras casas estaban en medio del campo, junto al camino que conducía a las huertas del Lavadero, la de Los Soldados, la Huerta Hierro que tenía una alberca donde iba gente de toda Sevilla a bañarse los domingos de verano", me decía en una entrevista para Sevillanos gran reserva. Sufrió la cárcel franquista y pasó por la duermevela de que si llamaban a su puerta al amanecer no era el lechero. Se confesaba bético y nada aficionado a los toros salvo a Curro Romero. Antier se murió Paco Cuadrado, uno de esos amigos con los que no se necesita el contacto para que la amistad sea para siempre. DEP.

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