Quien aguarda al Betis es el dentista

Esté como esté tras su debacle más dolorosa, el Barça es el Barça y no caben distracciones

20 de agosto 2017 - 02:32

Aunque la reciente Supercopa de España ha dejado latente la sensación de que el dentista no atraviesa su mejor momento, que el inicio liguero para el Betis es como ir al dentista no admite dudas. Como hace un año, al Betis le toca arrancar en plaza tan habitualmente complicada como es el Camp Nou. Lo hace en una noche muy especial con la sensibilidad a flor de piel tras lo del jueves allí, por lo que no sólo se trata de un partido más.

Me imagino que de fútbol será de lo que menos se hable en la hermosísima Ciudad Condal, pero no podemos sustraernos a que lo que esta atardecida va a dilucidarse en el Camp Nou nada tiene que ver con algo que no sea fútbol. Y así colisiona el omnímodo Barça con un Betis que anda a machetazos en busca de su propia identidad a las órdenes de Setién. Se presenta la cosa llena de incógnitas, pues ni se ha visto en la pretemporada cómo es en realidad el Betis y el Barça llega como llega.

Ese laboratorio que es la pretemporada la culminó Setién probatura tras probatura, nunca se vio la alineación que hoy saltará a la yerba culé, por lo que las incógnitas de toda izada de telón se ven aquí sobredimensionadas. Digamos que lo indiscutiblemente mejor de este Betis 2017 es que en él se habla de fútbol y que el problema que más ha incordiado en las últimas horas ha sido que Pezzella, futbolista ensalzado por los que le denostaban hasta ayer mismo, ya no está.

Y ese Betis desconocido y prácticamente nuevo va a tener que jugarse la soldada con un Barça aparentemente deprimido. La huida de Neymar tiene toda la cara de ocasionar el mismo desavío que aquella de Figo hace diecisiete años y Serra sabe bastante de eso, pues lo sufrió en sus carnes. De todas formas, dudar de que el Barça es el favorito sería un desatino y en el propio Betis se reconoce esa circunstancia. La cosa es que, esté como esté ahora, quien aguarda es el dentista.

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