Luis Carlos Peris

Sobre el bloque y los individuos

desde mi córner

Se hace hincapié en una táctica poco idónea de Marcelino y se olvida lo sobrevalorado de algunos futbolistas

15 de septiembre 2011 - 01:00

POSIBLEMENTE, el rosario de defectos que se le achaca al Sevilla actual menguaría de forma espectacular si pudiera hacerse realidad el deseo de José María del Nido. Decía antier noche el máximo mandatario sevillista ante los micrófonos de su aparato de propaganda que el fichaje soñado sería muy simple, quitarle cinco años de edad a Kanoute, a ese futbolista milagro que cada día que pasa tiene menos capacidad milagrera. Es lo lógico, pues los años pasan para todos los mortales, incluso por la osamenta del futbolista más decisivo que nunca estos ojitos que ha de comerse la tierra vieron con la blanca camiseta del Sevilla.

Muchas son las críticas que viene recibiendo la actuación del equipo tras el fracaso con el Hannover y la frustración que supuso no poder con un Villarreal en manifiesta inferioridad numérica durante más de una hora de partido. Y en el meollo de tal cúmulo de críticas se lleva la palma la forma en que Marcelino García pone al equipo en cancha. Y esa manera de colocarse en el campo no creo que sea la clave de esos dos malos resultados. Estoy más en la convicción de que los errores individuales abundan y cuando eso pasa, nada sale bien, todo se desequilibra, surgen los desajustes, las líneas se separan y el bloque se resiente como se resintió el del Sevilla.

Y en ese estado de cosas no hay más remedio que convenir en que no parece estar pasando Kanoute por su momento mejor. Cierto es que en Villarreal salió para que el equipo pareciese de una vez un equipo y lo cierto es que el excepcional futbolista no fue capaz de amalgamar voluntades ni, lo que es peor, recordar al genio que tanta gloria le ha proporcionado al Sevilla. Luego hay otras cuestiones como que no sólo es Kanoute quien cumple años y también que hay demasiados elementos en el plantel que están sobrevalorados, por lo que no todo es como se cuece en la pizarra ni tampoco el cartel de algunos futbolistas se corresponde con la cruda realidad.

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