Ignacio / Martínez

El gran resbalón

El balcón

17 de mayo 2014 - 01:00

ESTABA ayer de mañana, con la resaca del debate, Miguel Arias Cañete con Susanna Griso en el matinal de Antena 3, intentando explicar su deficiente actuación del jueves en el cara a cara de TVE:

-Yo creo que he aprobado, no creo que haya tenido un resultado de 10, pero no he sido yo mismo. También tiene una explicación: en un debate con todas las provocaciones que ha hecho la señora Valenciano, con toda la demagogia que ha puesto encima de la mesa, con toda la apelación al populismo, con todas las medias verdades o mentiras, si soy yo mismo, me temo…

-¿Porque entraría a matar?, pregunta Griso.

-Porque entraría a matar… El debate entre un hombre y una mujer es muy complicado, porque si haces un abuso de superioridad intelectual, parece que eres un machista que está acorralando a una mujer indefensa.

Sobre la marcha se ganó la reprimenda de la periodista: "A mí lo que me parece machista es que usted de antemano hable de un ejercicio de superioridad intelectual". Y después vinieron miles de comentarios en Twitter, en donde le dijeron al ex ministro de todo menos bonito. La frase es muy desafortunada, pero un servidor ve otras dos cosas en este resbalón de medio minuto del candidato en apuros. Además de la pose machista, Arias Cañete está admitiendo que no fue él mismo en el debate y que lo perdió frente a la candidata socialista.

Es una pena que un tipo tan brillante y ocurrente diera una imagen tan pobre en un programa llamado con acierto cara a cara, porque de debate tuvo muy poquito. La periodista de TVE no hizo una sola pregunta, la televisión pública nacional podría haber puesto un guardia de tráfico para dar paso a los tiempos de cada interviniente y reñirles cuando se interrumpían. Lamentable el formato pactado entre PP y PSOE y deplorable que se hiciera en ausencia de otros partidos parlamentarios y sin preguntas.

Pero, encima, los asesores de Arias Cañete, por miedo quizá a sus ocurrencias, le equivocaron en la estrategia de leer, leer y leer. Arriola y Floriano se han lucido, una vez más: lo encorsetaron hasta el ridículo. El cara a cara fue aburrido de solemnidad, pero Valenciano quedó mucho mejor: el popular estuvo demasiado envarado y la socialista más amena. Pero, por encima de todo, pesa la cobardía de los dos grandes partidos ante estos trances. No están a la altura de su responsabilidad. Arias ha sido víctima de tanto juego miedoso por los gurús de su partido, que le han colocado la cáscara de plátano para que resbale. Literalmente. Que no busque más.

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