Fue como llegar a la tierra prometida

Cuarenta años hace hoy de que la primera Copa del Rey llegase a Sevilla

25 de junio 2017 - 02:33

Cuarenta años, toda una vida, han pasado desde aquel sábado en los Madriles. Hacía tanto calor como hoy, y la capital se despertaba invadida por gente ruidosa que llenaron de verde, blanco y rojo sus calles. Se celebraba por la tarde la final de la Copa de España bajo una nueva advocación. Ya no era la Copa del Generalísimo, sino la del Rey, y a ella acudía el genuino Rey de Copas como favorito, y bien que lo restregaban por doquier.

Y en el otro rincón, el Betis, por siempre y para siempre Real Betis Balompié. El Betis con todas esas circunstancias que describieron su vida y que encontraba en ese 25-J la meta que llevaba persiguiendo desde aquel domingo de Feria en Santander del año de 1935. Una larga y penosa travesía quedaba atrás, por lo que en ese sábado, recién recobrado el orden democrático, el bético se había venido arriba y, sin hacer dejación de su mítico manque pierda, con motivo.

Motivo sobrado y nuevamente orgulloso de haber nacido bético, el bético iba a estallar de gozo cuando Esnaola no se comió la torpe paradinha de Iríbar en el penalti decisivo. Estalló de gozo el bético y mucha Sevilla que llevaba decenios sin celebrar un título futbolístico. Hacía calor en Madrid en una noche que vivió el regreso luctuoso de los vascos a su tierra y que celebró con mucha complicidad la alegría de unos béticos que, al fin, habían llegado a la tierra prometida.

Se cumplen hoy los cuarenta años de aquello, toda una vida, y para los que tuvimos la fortuna de vivirlo a pie de obra no se nos ha borrado de la memoria ni un solo detalle. Hacía calor en Madrid, pero mucho más alto fue el calor humano que recibió el Betis ya en Sevilla. Del aeropuerto a la ciudad, varias filas de un gentío enfervorizado le hizo un pasillo como nunca jamás hubo otro ni almacenado en la memoria ni vivido en el presente. Hoy hace cuarenta años, cuarenta.

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