EL TIEMPO Llegan temperaturas de verano a Sevilla en pleno mes de mayo

La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Qué mérito rentabilizar la tragedia

Zaragoza fue el sitio donde se cumplió el viejo dicho de que no hay mal que por bien no venga, ya que después de la tragedia le llegó la bonanza al torero Juan José Padilla. En Zaragoza pudo acabar todo, pero en Zaragoza fue donde empezó todo. En aquel Pilar de 2011, el jerezano perdió un ojo, pero ganó la gloria de torear más que nunca y con ganaderías que ni en sueños imaginaba que iba a ponerse delante. La cruenta tragedia de aquella tarde ante un toro de Ana Romero fue como la plataforma de lanzamiento hacia un mundo mejor. Los públicos se le entregaron y él respondió con valor y un sentido enorme de la responsabilidad. Y Padilla, que no había pasado el fielato de las ganaderías que no quiere nadie, se vio en todo lo alto del escalafón. Ahora anuncia que se va y lo hace con tiempo suficiente como para que ese adiós sea tan rentable como el drama de Zaragoza.

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