La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El teleférico, el talismán perdido
LA VENTANA
TODO vale por la audiencia y lamentablemente resulta que no hay un espectáculo televisivo con más predicamento que la pelea de lavadero. En un batiburrillo donde todos/as gritan a la vez, los índices de audiencia deben dispararse, pues de otra forma no se comprende cómo conforman un porcentaje tan alto del tiempo de cada parrilla en general y de Telecinco y Antena 3 en particular. Entre ese monstruo artificiosamente creado por Telecinco que se llama Belén Esteban y que no tendría futuro sin la existencia de la familia Janeiro, algún matón de discoteca, un puñado de homosexuales orgullosísimos de serlo y que suelen manejar los hilos, indocumentados que han hecho del malmeter una pingüe profesión y algún que otro periodista que ha decidido cambiar la seda del rigor por este percal del chisme y la maledicencia, la pequeña pantalla ya es un sumidero de guardia donde hasta las putas gritan.
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