No sólo la mezquita

Editorial

22 de octubre 2008 - 01:00

TAL como dijimos cuando el Ayuntamiento se empeñó en reubicar allí la mezquita que inicialmente proyectó en Los Bermejales, el suelo genéricamente presentado como de la isla de la Cartuja era una dotación prevista para satisfacer las muchas necesidades del Parque Tecnológico (desde laboratorios hasta viviendas de apoyo a los investigadores), por lo que ni cabía allí templo alguno ni era lógico que en una Tecnópolis se ubicara una construcción religiosa, fuera de la confesión que fuera. Con todos los respetos para la comunidad islámica, que se ha limitado a seguir las erróneas indicaciones del Ayuntamiento, tanto los empresarios como Cartuja 93 rechazaron de plano la idea de erigir en el Parque Tecnológico un templo. El nuevo presidente de Cartuja, Isaías Pérez Saldaña, lo dijo de una manera muy gráfica: "El Parque (Tecnológico) no necesita ni una mezquita ni una catedral, sino (en todo caso) un aparcamiento". La sentencia del TSJA en la que desestima la cesión de suelo público en Los Bermejales para la mezquita ha venido a avalar este planteamiento al establecer como principio jurídico que una dotación urbanística de tipo local (la de un barrio como Los Bermejales; la de la Tecnópolis en la Cartuja) no puede ser sustituida por una de carácter general (una mezquita para toda Sevilla) y, además, sin contar con el plácet de los vecinos afectados, conforme al principio de la participación ciudadana en el urbanismo. La mezquita en Los Bermejales podía ser fácilmente tumbada con un recurso de los usuarios de la Tecnópolis basado en la reciente sentencia del TSJA. El Ayuntamiento lo ha comprendido así y no ha tenido más remedio que desistir del proyecto, pero ello no significa que haya discriminado a la comunidad islámica porque otras confesiones hayan obtenido suelo público por cesión directa y aquélla no. Recuérdese que la comunidad islámica obtuvo el mismo trato en Los Bermejales, pero sólo allí la oposición vecinal con su recurso ante el TSJA congeló la cesión y ahora el fallo judicial instaura un nuevo orden urbanístico en la ciudad que sobrepasa con mucho a la mezquita. Cualquier confesión ya no podrá lograr más suelo municipal gratis; tendrá que luchar por él en concurso público o directamente comprar suelo privado. Por eso hay un antes y un después de esta sentencia, la cual no afecta sólo a la mezquita, sino a todas las iglesias, sean del signo que sean.

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