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Lanzado antes de ir a Madrid

  • Quinta mejor puntuación histórica en la jornada 14 pese a haber visitado ya a todos los grandes menos a uno

Ernesto Marcucci, pendiente del partido ante el Deportivo con el cuarto árbitro al fondo.

Ernesto Marcucci, pendiente del partido ante el Deportivo con el cuarto árbitro al fondo. / antonio pizarro

Semana de expectativas en el Sevilla: Maribor y el Santiago Bernabéu. Y de esperanzas y positivismo tras las buenas noticias que dejó el fin de semana. Por un lado, el alta hospitalaria de Eduardo Berizzo antes incluso de lo esperado, refrendando las noticias optimistas que llegaban desde el club. Por otro, el triunfo sobre el Deportivo, confirmando la mejor fase de juego y resultados del equipo hasta ahora, con tres victorias consecutivas en la Liga y aquel empate que supo a triunfo ante el Liverpool, después de tres remontadas. No hay tiempo para mirarse en el espejo, pero no está mal señalar que el Sevilla de Berizzo, y de Marcucci que ha dirigido los partidos ante Cartagena y Dépor, a estas alturas de temporada acumula la quinta mejor puntuación histórica. Y eso que ya ha visitado a todos los grandes de la Liga... excepto el Real Madrid.

Más de 28 puntos en la jornada 14, merced a nueve victorias, un empate y cuatro derrotas, sólo lo vieron los sevillistas en cuatro ocasiones: el año 2006 (31 puntos), el 1950 (21 puntos que serían 31), en 2009 (30) y en 2014 (29). El año pasado, sin ir más lejos, tenía a estas alturas 27, claro que a partir de la decimoquinta jornada el Sevilla de Sampaoli ganó los cinco partidos restantes hasta el ecuador de la Liga, firmando la mejor primera vuelta de la historia con 42 puntos.

El reto del equipo de Berizzo es seguir esa hermosa estela después de haber dejado atrás la zozobra que vivió en el mes de octubre, coincidiendo con una fase muy dura del calendario con varios partidos consecutivos fuera de casa: aquella semana negra entre Bilbao y Valencia del 14 al 21 de octubre. El técnico supo enderezar el rumbo antes de desvelar que debía apartarse del equipo para tratarse de su grave dolencia y ahora, ya en su domicilio, disfruta de una posición de privilegio en la Liga, tras una jornada propicia en la que sólo ganó de los que están por delante el Atlético, con los nervios lógicos de las grandes expectativas.

La semana debe ser la de la confirmación del Sevilla en los octavos de final de la Liga de Campeones. El partido es el miércoles y el cuerpo técnico y la plantilla centrarán todos sus esfuerzos en certificar el pase. Para ello necesita como mínimo un empate. Un punto le basta, porque en el peor de los casos, ganar el Spartak en Liverpool, empatarían los tres primeros a nueve puntos y caerían los reds. Si gana puede ser hasta líder. Con 8 puntos por 6 de los rusos, pasará con un empate o incluso con una derrota si no gana el Spartak en Anfield. Así pues sólo caería a la Liga Europa si ocurre lo más inesperado, que pierda y que gane el Spartak...

Llega, sin embargo, el Sevilla lanzado a esta cita como para pensar en hacer cuentas en lugar de ir por un triunfo ante un rival inferior. Claro que esa cita en el frío esloveno sí influye en la preparación de la del sábado en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid juega el miércoles ante el Borussia Dortmund a la misma hora que el Sevilla, pero tiene dos ventajas: no se juega ya nada, pues es segundo de grupo, y no debe viajar, dado que juega en casa.

Es el pequeño escollo que debe arrostrar un Sevilla lanzado gracias a la fórmula que ha encontrado el tándem Berizzo-Marcucci de argentinizar la medular con Pizarro, Banega y Franco Vázquez ante el mutis por el foro que protagonizó N'Zonzi tras el episodio de la noche del Liverpool, en la que la heroica llegó justo después de que el francés discutiese con Berizzo y fuera relevado por el Mudo. Pero esto tiene un incoveniente: el cúmulo de esfuerzos de estos tres futbolistas, determinantes en la configuración de la medular. No es semana de experimentos sino de confirmación de trayectoria, máxime sin estar todavía Berizzo al frente del equipo.

Los relevos llegarán en las otras dos líneas. Kjaer fue reservado ante el Deportivo una vez recuperado de los problemas musculares que arrastraba desde antes de ir a la repesca y estará en Maribor. Allí también deben aparecer Correa y Muriel para refrescar el ataque. Luego llegará lo del Bernabéu...

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