Mattan, la historia del fenicio que da vida al didáctico recorrido
Hay una figura clave para comprender los entresijos de Gadir. Se trata de Mattan, nombre que ha adoptado el fenicio aparecido en este yacimiento, donde hoy puede verse su esqueleto.
La extensa investigación que se ha llevado a cabo sobre el enigmático hallazgo -pues los fenicios eran enterrados por el rito de la incineración- ha desvelado que se trata de un hombre de unos 35 años, que vivió un desenlace fatal en este mismo lugar situado en la parte alta de la isla de Erytheia. Mattan, que inicialmente fue bautizado como Valentín, falleció de forma violenta en los primeros años del VI a.C. en los aledaños de un incendio del que parece que se encontraba huyendo.
Un caso real que centra la trama de una sorprendente puesta en valor narrada en clave de cine. Un guión inédito en la historia de los emplazamientos arqueológicos, que permite al visitante descubrir de forma cautivadora y muy actual algunos secretos de Gadir, y el mejor guardado de su protagonista: su querido dios Baal, al que tanto veneraban nuestros ancestros, le ha encomendado "leer el enigma del futuro".
De esta revelación parte el recorrido didáctico y divulgativo de este yacimiento que sirve al mundo en bandeja la historia de Cádiz. Un enclave que en cierto modo vive en Mattan, del que se ha podido saber que era sordo de un oído. Éste ha sido uno de los últimos descubrimientos del cara a cara mantenido con el protagonista de una de las joyas arqueológicas más anheladas de la ciudad. Nuevos datos sobre el primer gaditano, el primer fenicio cuyo rostro también fue desvelado bajo las más avanzadas técnicas de diseño en 3D.
Su gesto inexpresivo, depurado, casi hierático es la imagen de una extensa investigación que toma vida en las entrañas del yacimiento Cómico. De su reconstrucción facial se encargó Iván del Río, licenciado en Bellas Artes y experto en aplicación de técnicas informáticas, con el asesoramiento del doctor, endocrinólogo y paleopatólogo Manuel Calero. Juntos emprendieron el apasionante trabajo de poner cara "a nuestro primer fenicio", comentan los expertos.
"Ha sido un privilegio afrontar este trabajo, que ha sido muy prolongado en el tiempo, y que incluso me ha permitido imaginarme cómo era la vida de Valentín", comenta Del Río.
Para ello se sirvieron de aplicaciones de diseño en 3D como Studio Max y Zbruch. Así, para la reconstrucción facial tridimensional ha seguido la metodología de Caroline Wilkinson, que utiliza puntos claves en el cráneo, homogeneizados según la raza, edad y sexo, y que permite marcar la profundidad media de los tejidos blandos sobre los que se trabaja. "Hay que tener en cuenta que es imposible saber su peso o cómo eran los cartílagos, pues sólo tenemos los huesos".
En este proceso se obtuvo un modelo digital exacto del cráneo a partir de las tomografías del TAC realizado hace un tiempo y de fotografías. Después se hizo una reintegración virtual de las pérdidas óseas y dentales, y sobre esta metodología de Caroline Wilkinson se dispusieron las cotas de profundidad, que junto a la estructura ósea permitió determinar la masa muscular. Finalmente ayudó el fenotipo genético de los restos, y se modeló la piel, además del cabello, ojos y rasgos, de forma orientativa.
"El resultado es un rostro muy inexpresivo, aséptico, pues no queríamos inventar más allá, ni entrar en otros detalles que sobrepasaran el estudio", explica Del Río. "De hecho, no queríamos ponerle cabello, pues queríamos depurar al máximo", aunque finalmente se ha recreado alguna imagen con el pelo atendiendo a la iconografía fenicia localizada. Imagen que también presenta el actor del audiovisual que representa a Mattan en el Cómico.
El resultado también es obra en parte de Manuel Calero, "que ha cuidado que no se me escaparan detalles de la morfología craneal de Valentín y que propició que no me desviara de la metodología más científica, obteniendo la reconstrucción más fidedigna", asevera Del Río de este trabajo en equipo.
Poner cara a Mattan ha supuesto crear la imagen del yacimiento, así como enseñar al visitante el pasado de la forma más didáctica y humana posible, han señalado sus responsables.
Un trabajo que se integra en la musealización realizada por la empresa Vitel, que se enmarca en el proyecto Namae, cofinanciado por los fondos Feder desde el programa Poctefex y por el Instituto de Empleo y Desarrollo Socioeconómico y Tecnológico de Diputación de Cádiz.
El trabajo de reconstrucción virtual en tres dimensiones de Mattan ha sido posible gracias al excelente estado de conservación del cráneo, de cuya época apenas existen restos. Se desconoce por qué ocurrió este suceso, pero lo cierto es que fue localizado en 2008 en la misma posición original del momento de su muerte.
Tampoco se sabe si abandonaron el cadáver tras su muerte, o si se desconocía su existencia, aunque el equipo de arqueólogos ha podido constatar que el romano que 400 años después (en el siglo I.d.C.) comenzó a construir la cisterna romana localizada justo encima de Mattan, le seccionó con una herramienta de trabajo. Se percató y así lo dejó, tal y como fue localizado algunos siglos después.
Su estudio ha permitido saber que falleció directamente sobre la arena, y que tuvo que saltar de un sitio considerablemente alto, lo que produjo la fractura de la cadera. La imposibilidad de desplazarse y huir pudo ser la causa de su fallecimiento por asfixia, de ahí la postura de protección que presentaba. Una muerte que le ha mantenido vivo para la historia de Gadir.
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