Donde nunca cae la noche

El batallón de helicópteros del ET, de El Copero al mundo.

Donde nunca cae la noche
Donde nunca cae la noche
Óscar Lobato / Sevilla

15 de diciembre 2013 - 05:04

Bhelma IV no es un planeta lejano. Está en el alfoz de Dos Hermanas. Significa Batallón de Helicópteros de Maniobra número 4 y es el acrónimo que el Ejército de Tierra da a su unidad aérea, para apoyo de las fuerzas de operaciones especiales. Sus aeronaves transportaron a los comandos que tomaron la isla de Perejil, en 2002. También actuaron en Kosovo e Iraq y sus efectivos se cuentan entre los últimos del contingente español, retirado de territorio afgano. En esa misión las 9.000 horas de vuelo. Varios aparatos lucen aún pintadas las siglas de ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad), la misión OTAN en Afganistán.

Bhelma IV emplaza su aeródromo en El Copero. La base es un lugar sin tránsito entre el día y la noche, como explica Ignacio Rosales de Salamanca, teniente coronel jefe del batallón: "Somos una unidad 365/24. Debemos estar operativos las 24 horas, los 365 días del año, brindando permanente capacidad aérea a todas las unidades del Ejército, en todo el territorio español".

El teniente coronel luce divisa de Caballería en su uniforme de camuflaje, pero hace tiempo que cambió los caballos por estos pegasos de acero. Ha mandado varias misiones internacionales y lleva un bienio al frente de este batallón, cuya misión sintetiza: "Nuestra primera devoción es servir a la sociedad, ser una herramienta útil para ella, en todo momento y en cualquier lugar.

Ahí estriba el reto. Nombres como Diwaniya (Iraq), Mitrovica (Kosovo), Marjayou (Líbano), o Manas (Kirguistán) figuran ya en el vasto currículo operativo del Bhelma IV. Una demarcación tan amplia que explica la razón por la que todos sus miembros (sean dotaciones de vuelo, mecánicos, controladores o personal logístico) viven pendientes del parte meteorológico. "Aunque estemos en la provincia de Sevilla nuestros vuelos nos llevan por toda Andalucía, Ceuta y Melilla. Siempre tenemos un helicóptero desplegado en esa ciudad, en apoyo a sus unidades y a las guarniciones de Chafarinas, Alhucemas y Vélez de la Gomera", explica Rosales de Salamanca.

Las aeronaves del este batallón pueden realizar una evacuación médica desde el litoral melillense hasta Sevilla, en apenas noventa minutos de vuelo. También y a diario, sus AS332 Super-Puma y AS532 Cougar surcan los cielos de Huelva, Cádiz, Córdoba, Málaga, Granada o Almería, para adiestramientos propios o conjuntos. "Por eso siempre estamos atentos al clima de cualquier parte donde operemos. Sea España, Líbano, Kosovo, Iraq o Afganistán. Incluso cuando dan el pronóstico meteorológico en la tele, hasta mi hija pequeña dice: Papá, hoy va llover en tal sitio o nevará en tal otro".

La constante movilidad del Bhelma IV se la imponen sus usarios: tropas del Mando de Operaciones Especiales, la Legión, o la Brigada Paracaidista se ejercitan regularmente con él. Y no sólo unidades nacionales. Tras la cita con este medio, Rosales de Salamanca acudirá al Cuartel General de la Fuerza Terrestre en Sevilla, para un encuentro con marines de la Unidad de Crisis de la Fuerza Operativa Específica Aeroterrestre (SP-MAGFT), destacada en Morón de la Frontera. El propio US Marine Corps solicitó la reunión, a fin de concertar entrenamientos con el batallón. Sus procedimientos operativos son idénticos y les consta la capacidad de los helicopteristas españoles.

"Esos chicos nunca te dejan tirados -escribió en su blog un oficial norteamericano, destinado en Kirguistán durante la operación Libertad Duradera-. Siempre entran [a una zona de toma] por difícil y arriesgado que resulte. Puedes contar con ellos. Son pura Fuerza y Garra [una alusión al lema de la unidad española: Vis et Ungula]".

Es una opinión extendida. El Bhelma IV entrena a menudo con fuerzas de la Legión Extranjera y del ALAT (Aviación Ligera del Ejército de Tierra) de Francia. Dos oficiales y un suboficial del Exercito portugués permanecen destinados en El Copero, adiestrándose en pilotaje y procedimientos operativos.

La orografía andaluza favorece el trabajo del batallón. Sus tácticas y maniobras aéreas básicas se ensayan aquí. Algunos ejemplos: el punto de toma más exiguo y difícil de Kosovo se replica en la cumbre de Pajarete, un puerto de montaña en El Bosque (Cádiz). La navegación sobre zona árida, en Viator (Almería). El vuelo con gafas de visión nocturna sigue el curso del río Tinto, por tierras del Condado de Niebla (Huelva), y la sierra cordobesa de Los Puntales sabe bien de las prácticas de inserción y extracción.

El teniente Jaime Martorell, oficial de Inteligencia del Bhelma IV, ilustra sobre la mejor diferencia visual entre los dos modelos de helicópteros del batallón: el Cougar y el Super Puma. "El truco estriba en fijarse en la parte delantera. Si las turbinas sobresalen algo sobre la cabina de pilotos, es un Super-Puma. Si no la rebasan, un Cougar". Hay otros distingos: el Cougar, más moderno, es casi un metro más largo y se dota con turbinas más potentes. Es más rápido a velocidad de crucero (260 kms/h frente a 250) y goza de más autonomía (1.180 kms. de alcance en vacío y 911 a plena carga) que el Super Puma. Además puede cargar hasta 27 personas, frente a las 21 de su compañero.

A bordo del Super Puma con indicativo Corzo 03, el brigada José Carlos Sánchez, instructor del Bhelma IV, despega para un adiestramiento con el sargento Benito Ponce. Este dragón mecánico de nueve toneladas carga un cofre de lastre con 1.000 kilos, figurando transportar a una quincena de fusileros.

Su misión consiste en repetir simples maniobras básicas. Un primer circuito aéreo le lleva hasta las proximidades del puente del V Centenario en Sevilla, donde vira para aproximarse a las zonas restringidas asignadas.

Y toda simplicidad desaparece, cuando comienza a ejectuar una táctica para ocultarse de la visión de un rival: desplazamientos laterales a baja altura, camuflándose con la orografía del terreno.

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