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Itálica: La pequeña Roma de Sevilla

  • Investigadores de la Hispalense hallan la ubicación del circo más grande de la Península Ibérica, justo por detrás  del Circo Máximo de la capital de Italia

Circo Romano de Itálica / José Ángel García

A primera hora de la mañana apenas hay visitantes en el Conjunto Arqueológico de Itálica, tan solo un pequeño grupo madrugador de turistas que deambula por sus calles imaginando cómo sería la ciudad de Trajano y Adriano. En su entrada principal, enclavada en la avenida de Extremadura, algún guía trata de conformar una ruta para explicar los secretos que esconden estas ruinas históricas. Uno de los mayores misterios se ha desvelado esta semana y descansa justo enfrente. Bajo el suelo de las casas y restaurantes que se han edificado con vistas a la urbe romana yace un colosal circo romano. 

No es una exageración. Por sus dimensiones de 500 metros de longitud y su anchura, la más pequeña de 140 metros, que se ampliaría hasta 150 en la pista derecha, es decir, en la parte de salida de los carros, el de Itálica estaría inmediatamente por debajo del Circo Máximo de Roma. El famoso estadio situado entre los montes Aventino y Palatino. Si bien el de la capital de Italia tendría un aforo para 300.000 personas, el de Itálica habría acogido la nada desdeñable cifra de 80.000 espectadores, que sí lo convierte en el más grande de la Península Ibérica.

Se trata del último hallazgo que, después de años de conjeturas y confabulaciones, un equipo de investigadores de la Universidad de Sevilla ha sacado a la luz. Aunque es cierto que, de la existencia del circo, ya habían algunos indicios como un gran mosaico, denominado Mosaico de las musas cuando fue descubierto cerca del Convento de San Isidoro del Campo. Una muestra que posteriormente desapareció. Otra prueba, explica el director del Conjunto Arqueológico de Itálica, Daniel González Acuña, son los grafitis que, a diferencia del mosaico, todavía se conservan. En estas muestras de arte callejero pueden observarse representaciones de caballos de carreras en las que aparecían sus nombres y también los de algunos corredores.

Infografía con la ubicación del circo romano en Itálica. Infografía con la ubicación del circo romano en Itálica.

Infografía con la ubicación del circo romano en Itálica. / Departamento de Infografía

A pesar de las suposiciones e hipótesis planteadas desde los años 70, Alejandro Jiménez Hernández, profesor de la Hispalense y su grupo de trabajo han empleado diversas técnicas de prospección geofísica para confirmar la suposición que planteó, en 2003, el profesor Rafael Hidalgo. "Los resultados de este proyecto eran diferentes, más ambiciosos. Localizar el circo era secundario, simplemente se trataba de explorar una de las hipótesis que ya existían en el conjunto de Itálica. Como estábamos realizando geofísica en Écija, se planteó esta posibilidad y los resultados han sido asombrosos", manifiesta el investigador a este periódico. 

Lo cierto es que no hay ningún resto visible, como es común, "pero estábamos seguros de que el circo existió y sus dimensiones se escapan de lo habitual". Para no errar, han hecho la comprobación mediante geofísica y, posteriormente, redundancia de pruebas con diferentes métodos para evitar cualquier contaminación e interpretación errónea. Jiménez realiza un paralelismo muy sencillo para entenderlo: "Si vas al médico y te hacen una radiografía y te dicen que tienes algún hueso roto, tu lo crees sin necesidad de verlo. Pues con las pruebas que hemos realizado sucede exactamente lo mismo". 

"Itálica no es una ciudad romana más"

La realidad es que este circo "nos hace pensar que Itálica no es una ciudad más", explica. "No fue diseñada para que la gente viviera o como capital económica o administrativa, porque no iba a competir con Córdoba o con Sevilla", detalla el investigador, quien considera que fue diseñada "para rendir culto al emperador", es decir, tuvo una función puramente propagandística. "Las ciudades tienen circos y anfiteatros con capacidad para los habitantes de la ciudad o de su entorno inmediato. En este caso, el edificio excede del número ciudadanos" que tenía la urbe.

Por tanto, Jiménez indica que "Itálica es un calco de Roma". Algo así como una Roma en pequeñas dimensiones: "Adriano y sus arquitectos, posiblemente el famoso Apolodoro de Damasco, diseñaron una ciudad a imagen y semejanza" de la capital del Imperio Romano. Con un objetivo puramente político. Un planteamiento que cobra más razón si se tiene en cuenta que, con la aparición del circo, se completa la tríada de edificios destinados al espectáculo para los ciudadanos. Lo conformarían además el teatro de Augusto, el edificio civil más antiguo de Itálica con capacidad para 3.000 personas, y el anfiteatro que proyectó Adriano, con capacidad para 25.000 espectadores. Este último utilizado para los combates entre gladiadores.

"Con este hallazgo es necesario hacer una relectura del Conjunto Arqueológico, porque estamos ante una ciudad que concentra tres edificaciones públicas y en relación con otros edificios públicos que la ciudad conserva y añadidos al ancho desmedido de toda su trama urbana, hace pensar que no era una ciudad al uso. La urbe tendría un fin ritual, más que habitacional", explica Fernando Panea Bonafé, director General de Museos y Conjuntos Culturales de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte.

Hacia la candidatura como Patrimonio de la Humanidad 

El siguiente paso, que se llevará a cabo en los próximos meses, será una actuación arqueológica puntual con la finalidad de precisar al máximo las conclusiones del estudio geofísico efectuado. Lo que sí dejan claro es que, en ningún caso, este descubrimiento afectará a los inmuebles que ya están edificados sobre la explanada en la que se habría ubicado el circo. 

Otro de los pasos que se dará será la adaptación, a partir de los nuevas excavaciones, de la Candidatura de Itálica a Patrimonio Mundial. Un documento que precisará de determinadas modificaciones para que Santiponce pueda ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. “Estamos en una fase de adaptación a los criterios que se han planteado desde el Ministerio de Cultura y Deportes. A partir de ahí, habría que esperar un poco a los resultados que arrojen las investigaciones y sondeos sobre el circo para modificar ciertos aspectos de la candidatura”, señala Fernando Panea Bonafé. Una propuesta que después de varios años de trabajo y esfuerzo podría, finalmente, llegar a su meta gracias a este secreto que por fin ve la luz.

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