CB Sevilla

De nuevo, nueva era

  • El club vuelve a cambiar de nombre, colores y propietario por quinta vez en la última década en un curso en el que debe cimentar su proyecto.

Tanto quien exponga que el Caja murió como quien defienda que el club sigue vivo un año más, 28 de forma consecutiva ya, tiene argumentos de sobra para defender su posición. Independientemente de en qué tesis se sitúe cada uno hay una realidad: Sevilla vivirá una temporada más de baloncesto de primer nivel.

Que la apuesta sea seria y el sinvivir de los últimos veranos se olvide está ahora en manos del Betis, que, con el puente de Energía Plus, tomará las riendas de una entidad que aspira esta campaña, sin renunciar a nada, a cimentar las bases para crecer y volver a reverdecer, nunca mejor dicho, viejos laureles.

De momento, el soplo de aire se deja notar más allá del cambio de colores, nombre y dueño. No es la primera vez en la historia reciente que esto ocurre. La temporada 2006-2007 fue la última con la denominación Caja San Fernando, antes de que la fusión de las cajas terminara llamando al equipo Cajasol con el azul por bandera. Después, el magenta de Banca Cívica, la vuelta al azul con Caixabank, el verde de Baloncesto Sevilla y ahora el verdiblanco del Betis, que deberá demostrar que su apuesta no es papel mojado.

En lo deportivo, las riendas del nuevo proyecto las toma Zan Tabak, un técnico con carácter para quien el compromiso y el trabajo en la cancha no se negocia. O todo sobre el parqué o la nada en el banquillo. El croata llega con la ilusión de crecer de la mano de la entidad y la ambición que exhibía como jugador ahora la proyecta también como entrenador. Conoce la casa y la Liga, aspectos fundamentales para no dejarse sorprender en una ACB competitiva en la que las diferencias entre la clase media no son muchas, aunque el cuadro sevillano maneje uno de los presupuestos más bajos de la competición.

Empezar bien es clave y la conjunción y adaptación de un bloque en el que sólo repiten cuatro caras respecto al equipo del año pasado. Dos de ellas deben ser referencias. Nachbar tiene que tirar del carro, ya que su clase está muy por encima aún de los achaques que un veterano de 36 años pueda sufrir durante el curso, mientras que a Radicevic se le debe exigir que dé de nuevo un paso adelante en su regreso, después de pasar el pasado ejercicio casi en blanco al completo. El serbio demostró hace dos temporadas ser capaz de llevar el peso de la dirección del equipo y de su estado físico dependerá en buena medida hasta dónde pueda llegar este Betis. Otros jugadores aparecen también con un papel estelar. Por fuera, Stojanovski debe aportar los puntos y ser la referencia exterior que era Bamforth, un ídolo que busca sucesor en San Pablo. Por dentro la presencia de Zoric está llamada a marcar las diferencias, si bien el pívot croata debe demostrar que llega dispuesto a demostrar que puede volver a ser el interior dominante que era en el Unicaja.

A este póquer de jugadores, todos con experiencia ya, se les suman apuestas como las de Lockett, un polivalente y físico alero; Chery, un base bajito pero explosivo y con buen tiro; y la opción de futuro que es Marc García, la próxima promesa que debe salir pulida de San Pablo. Esta vez vía Barcelona. A ellos se sumará el trabajo de los Alfonso Sánchez, Milosevic y Triguero y la ilusión de Rigo, Cizmic y Cate para que de la coctelera que agite Tabak, aderezada con dosis de calidad, esfuerzo y la necesaria pizca de suerte, resulte un producto que siga atrayendo a los aficionados, los que llegan nuevos atraídos por el nombre y los que siguen fieles a la historia. Viejo club o debutante en ACB, lo cierto es que es el inicio, de nuevo, de una nueva era.

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