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Como peregrino que busca su fe

  • Meta El Cajasol quiere refrendar con un nuevo triunfo la tímida mejora de hace una semana Alerta Los puntos de Kendall, los triples de Corbacho y las asistencias de Rodríguez, el peligro

Dicen quienes han hecho el Camino de Santiago que se disfruta más durante el viaje que cuando se llega al destino final, momento que marca el fin de la experiencia. No va el Cajasol de peregrinación a la capital gallega, sino a enfrentarse a un Blusens al alza, aunque sí que espera hallar allí lo que muchos van a buscar en la catedral compostelana: encontrar su fe, la que sea (no tiene porque estar relacionado con lo divino), o, como en el caso del conjunto sevillano, encontrarse a sí mismo, con su identidad, para seguir un camino de 29 jornadas más.

Y es que los de Aíto, pese a la mejora experimentada hace una semana, no parecen saber aún a qué juegan. Defender y correr es la teoría; la práctica, esperar el error del rival y el acierto puntual de tal o cual jugador. Se ganó al Herbalife Gran Canaria, sí, pero igual se pudo haber perdido si a los isleños no les entra la pájara ofensiva en el tercer cuarto o si Radicevic no tiene ese día la clarividencia y los santos, cuales quiera, de su lado.

Por eso es normal que nadie, desde el cuerpo técnico al último jugador de la plantilla, lance las campanas al vuelo: "Todavía hay que trabajar mucho", aunque del partido con el Estudiantes al del Gran Canaria, la noche y el día, la mejora fue ya evidente, sobre todo atrás. Donde más hacía falta.

De esta forma, el choque en Fontes do Sar, cancha en la que el Cajasol sólo conoce la victoria en sus dos visitas, es un examen de madurez para un grupo que ha ganado en confianza tras su última victoria y que, ya con menos lastre en la mochila emocional, busca refrendar las buenas sensaciones luchando por estrenarse fuera de San Pablo esta temporada en su tercera salida.

Pero el choque, pese a los precedentes, en poco o nada se parecerá al de temporadas pasadas. En el primero (78-91), el Cajasol logró un triunfo que lo disparaba hacia el play off y condenaba al descenso a los locales; en el segundo (70-77), Paul Davis daba una lección para clasificar al equipo para la Copa. Esta vez, ni lo uno ni lo otro, porque el cuadro hispalense llega necesitado de éxitos ante un rival que vio quebrada en la última jornada su racha triunfal, al contrario que su rival. En Fontes do Sar ya han hincado su rodilla este curso el Manresa (83-78) y el CB Canarias (71-68) -y además pescó en Fuenlabrada. Quizá sea la visita de los de Aíto la prueba más fuerte hasta ahora, pero también supondrá un reto para los visitantes en una de las pistas con mejor ambiente de toda la ACB.

Asaltar el fortín del Blusens de Moncho Fernández pasa por defender los 40 minutos como en los últimos 20 de la anterior jornada. Intensidad, garra, compañerismo... Así se frenó a un Spencer Nelson, que arribó a San Pablo como uno de los mejores anotadores de la ACB y se fue si pena ni gloria, y así se debe parar a Levon Kendall (MVP la pasada semana y líder del ránking de valoración con 22,5 puntos). Buckman tendrá que esforzarse más para ayudar a Triguero a mandar en la pintura.

En este sentido, también es destacable la aportación exterior de Corbacho, un jugador que en verano pudo recalar en Málaga como sustituto de Sergi Vidal y que ahora es una de las claves de un Blusens que se plantea con descaro la Copa del Rey como primer objetivo. El alero es uno de los mejores triplistas de la competición. Acumula un 15/34 (44,1%) desde la línea de 6,75 metros; 15 aciertos, del total de 23 que lleva su conjunto, son del mallorquín, que apenas ha anotado siete triples menos que todo el Cajasol (22).

Corbacho tendrá enfrente a un Holland que, como el Cajasol, dio un paso adelante ante el Gran Canaria que debe reafirmar ahora frente al Blusens. Junto al norteamericano, las miradas estarán fijadas en Bogdanovic, que empieza a ser la pieza determinante que espera Aíto, y en el joven Radicevic, el novato que le cambió la cara al equipo en 10 minutos imprimiendo al juego la alegría y el desparpajo necesarios. El serbio se ganó un sitio en la plantilla y ahora no quiere bajarse del carro, demostrando que lo suyo no fue flor de un día. Como el pasado triunfo del Cajasol, los milagros no existen, ni siquiera cerca del Apóstol Santiago, todo es cuestión de trabajo.

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