El notable incremento del precio de la energía y las dificultades para conseguir determinadas materias primas ante la falta de condiciones óptimas para hacerlo ha suscitado en los últimos meses la subida generalizada de los precios en los supermercados a la hora de hacer la compra.

Algunos establecimientos como Mercadona acometieron algunas medidas para que este aspecto repercutiera lo menos posible en sus clientes, bajando el precio de 500 productos hasta final de año, pero aún así los productos frescos de temporada, esos que permiten mantener una dieta sana y equilibrada, llegan ahora con mayor dificultad a muchos hogares, a pesar de que en la quinta edición del Observatorio de Productos Frescos de ALDI en España hasta el 90% de encuestados mantiene su apuesta para consumir productos frescos de temporada. ¿En qué medida? Este es el dinero que invierten los españoles en productos frescos. 

Porque aunque la economía familiar se resienta existen argumentos de sobra para hacer un esfuerzo a la hora de organizar la cesta de la compra y que los productos frescos (pan, charcutería, huevos, carne, pescado y marisco, frutas y verduras) no pierdan su sitio. 

2.000 euros al año en productos frescos de temporada

La mitad de los españoles (49%) considera que son productos con una mejor calidad-precio y no dudan en destinar 2 de cada 5 euros de la compra para hacerse con ellos. En total los productos frescos representaron un 43% del gasto anual en alimentación de los hogares españoles el año pasado. Alrededor de 2.000 euros al año invertimos de nuestro presupuesto en comida para los productos frescos, sobre todo en frutas y verduras (36%).

En total los productos frescos representaron un 43% del gasto anual en alimentación de los hogares españoles el año pasado

Es ahí precisamente donde más hincapié hacen expertos cocineros, como el chef Dani García, con su menú para animarnos a consumir más verduras y frutas.

El gasto en frescos se mantiene en la cesta de la compra, aunque baja la demanda (caída del 7% respecto a 2021). 9 de cada 10 consumidores aseguran haber notado el aumento de los precios a causa del contexto inflacionista y el 84,6% de los consumidores reconoce haber reducido la compra de pescado y marisco fresco, pero se resisten a tener que renunciar del todo a su consumo, para lo cual están dispuestos a modificar su proceso de compra, sobre todo por dos aspectos: uno de cada tres aseguran hacerlo por la preocupación por el impacto del cambio climático y la amplia mayoría desea apostar por productos frescos de origen nacional, analizando hasta la región donde se cultiva.