El Betis malo y en chanclas

Los béticos pueden estar tranquilos: el concurso de acreedores marcha divinamente y el equipo militará una temporada más en Primera División. Y eso es lo que hay. Lo que se respira en el ambiente, lo que entra por los poros, lo que se transmite pese a que con la boca pequeña haya quien quiera infundir en el ánimo de los futbolistas algunas dosis de ambición. Pero la situación es compleja. Un mensaje tan temprano y contumaz como el de la permanencia podría deparar consecuencias como ésta, que una vez conseguido el mínimo objetivo posible ya resultasen otros inabordables. Y para esto no hay psicólogos ni terapias que valgan, porque el futbolista, una vez decide calzarse las chanclas... Con todo, el equipo está a tiempo de revertir la penosa imagen ofrecida ayer en Mestalla. Le quedan cuatro partidos, alguno atractivo e incluso un derbi, pero también está por ver si esta plantilla, que en diversos momentos de la temporada ha demostrado tener carácter y ser competitiva, a imagen y semejanza de su entrenador, está ya para estos menesteres. Máxime cuando no va a hallar aliciente económico alguno en el camino.

Defensa

La actitud, másque el gol temprano de Jonas, va a marcar un trabajo defensivo penoso. Porque este primer tanto del Valencia ya se produce por el mismo corazón del equipo. Beñat se muestra blando ante Parejo, los centrales mirones con el brasileño y con Soldado y Nelson muy pasivo ante aquél una vez consumada la pared.

No presiona el Betis, que además, muy abierto y con muchas distancias entre sus futbolistas, se ve engullido en el mediocampo. Albelda hace la raya y Parejo recibe la ayuda de Canales y Feghouli. La superioridad es manifiesta y el Betis ni tiene el balón ni es capaz de recuperarlo. Beñat se ve solo y Cañas, desbordado, porque el 4-4-2 de Mestalla sí fue un 4-2-4 en toda regla.

Tras la injusta expulsión de Dorado -hay fuera de juego previo de Feghouli-, el equipo se descompone y muestra toda su fragilidad defensiva. Permisivo en los tres goles restantes, fallan todos los centrocampistas, defensas y hasta el guardameta.

Ataque

Una sola ocasión de gol creó el Betis, en un robo adelantado de Beñat que él mismo malogró al dudar entre lanzar y pasar, decisión que tomó pero mal ejecutada, sobre Jorge Molina.

Con la entrada de Salva Sevilla, el equipo combinó algo mejor, pero muy en corto y también con pérdidas de balón que generaron contraataques.

Y es que el Betis ha pasado de ganar los partidos desde el centro del campo a jugar sin él, con gente abierta y puntas que no ayudan.

Virtudes

No hubo lesionados.

Talón de Aquiles

Una vez los deberes hechos, Mel debería haber recuperado el Betis de antes, el suyo, porque ya es imposible que exista intensidad para jugar a la mentira y quizá sí para tocar rápido e ir arriba. ¡Qué diferencia entre éste y el que cae goleado en el Camp Nou!