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Bodas de oro... ¿felices?

  • Luis Fabiano alcanzó en Chapín los cincuenta goles en el campeonato de Liga · El brasileño, en perenne debate con su estado de ánimo, vuelve a sonreír

Entre enfado y enfado, Luis Fabiano sigue haciendo lo que más le gusta, marcar goles. El brasileño sumó en Jerez el que hace cincuenta en el campenato nacional de Liga, lo que le convierte en uno de los máximos anotadores de la historia del Sevilla en el torneo liguero, aunque aún muy lejos de los 182 que anotó Juan Arza reuniendo todas las temporadas que vistió la camiseta nervionense. Habida cuenta de las ganas que tiene el paulista de abandonar la nave blanca -al menos se encarga de repetirlo casi en cada viaje con su selección y cuando tiene algún desencuentro con Jiménez- es lo más descabellado pensar que alguna vez pueda convertirse en el mejor goleador de la historia del Sevilla. Tiene a muchos por delante. Para empezar a Kanoute (63), pero a otros muchos como Scotta (53), Polster (55), Suker (76) o Campanal (100) y Araújo (139), plata y bronce éstos tras el oro de Arza.

Y es que la moral frágil de Luis Fabiano siempre fue su caballo de batalla. De todas formas, está reuniendo unos números dignos de tener en cuenta y la prueba se ha encontrado esta misma semana, cuando ha firmado tres tantos en apenas cuatro días, dos en un solo minuto en la Copa el martes y otro en Chapín, el que le permite celebrar sus bodas de oro en Liga.

Cincuenta goles es una cifra redonda y respetable, lo que unido a su reciente nominación al premio al FIFA Wolrd Player al mejor jugador del mundo lo convierten en un artillero de primer orden mundial. Luis Fabiano ha anotado esta temporada tres tantos en la Liga, dos al Zaragoza y uno al Xerez, mientras que también ha visto puerta por partida doble en la Copa (los dos citados en Cartagena) y en la Champions (ante el Unirea en Nervión y frente al Rangers en Glasgow). Así, en las cuatro temporadas y un poco que lleva alistado en las filas del Sevilla ha puesto rúbrica a 28 tantos más, 11 en Copa del Rey y 17 en competición europea, ya sea UEFA o Champions League.

Pero su estado de ánimo, en perenne inconformismo, le impide en repeticas veces disfrutar del momento. Con dos años de contrato por delante y un Mundial en el horizonte que tiene toda la pinta de afrontar con la condición indiscutible de nueve de Brasil, el delantero del Sevilla aprovecha cualquier mínimo detalle para demostrar su escasa correa. En Stuttgart fue el cambio ordenado por Jiménez en el descanso el que le hizo enfadarse hasta consigo mismo y con el entrenador para encontrar la reconciliación nada más volver una vez superado una indisposición acompañado de unas fiebres. Con tres goles en cuatro días, Luis Fabiano vuelve a sonreír, recibe la palmetada en la espalda de su entrenador y sigue preparado para golear en otra gran cita, mañana en Champions. Pero mientras el enfado se ha quedado por el camino, su agente ha vuelto a hacer que suba el pan y los rumores sobre el interés de otros clubes afloran de nuevo. Ahora es el Chelsea el que ha surgido casi al día siguiente de que Fuentes dijera que no hay prisas para renovar.

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