Ahora sí, ahora Iker Casillas puede jactarse de ser el hombre que lo ganó todo.

De aquel jovencito con rostro asustado que se subió a un avión a finales de los 90 para volar a Trondheim para su primer partido de Liga de Campeones al hombre hecho que le ofreció hoy a sus compañeros en Valencia el trofeo de la Copa del rey hay una década larga de éxitos.

"El Madrid no puede estar 18 años sin ganar la Copa del rey", había dicho en los días previos el arquero de los reflejos felinos, el hombre que aguanta como pocos en esas milésimas de segundo en las que el delantero mide al portero y el arquero al atacante.

De los españoles que jugaron hoy en el 1-0 del Real Madrid sobre el Barcelona había dos que ya sabían lo que es ganar todo: Xavi e Iniesta. Ahora se suma Casillas, que al igual que ellos tiene ya en su vitrina títulos de Liga, de Copa, de Supercopa local, Supercopa europea, Liga de Campeones, Eurocopa y Mundial.

Hoy surgió con dos paradas salvadoras cuando su equipo lo necesitaba, una ante Messi, otra ante Iniesta. Lo que se espera de un arquero y un capitán.

Y entonces celebró feliz, alzando el trofeo como el 11 de julio de 2010 con la selección en Johannesburgo. En medio de la emoción no le importó romper el protocolo y subirse a una valla para exhibir la copa.

"¡Va por vosotros!", gritó a la hinchada que vistió de blanco la mitad del estadio de Mestalla. Y va por él, también, porque desde el 20 de abril de 2011, a un mes de cumplir los 30, ya puede celebrar que él también es un hombre que lo ganó todo.