Condenado al atasco final

El Gimnàstic quiere empezar el año con diferentes perspectivas tras terminarlo con demasiadas dudas y unos resultados que comienzan a preocupar a todos los estamentos del club. Pero no es una preocupación repentina, sino que ya supuso a inicios de diciembre la destitución de Luis César Sampedro como técnico. Por entonces el equipo sólo había conocido la victoria en dos ocasiones y se encontraba como colista de la categoría de plata del fútbol español. Llegó Juan Carlos Oliva y el optimismo se instaló en una plantilla que fue creada para metas mayores, aunque las lesiones y las circunstancias hayan impedido que refleje su verdadero nivel sobre el terreno de juego.

Demasiado arriesgado parece pensar que los objetivos vayan a cambiar. En la complicada situación actual, el Gimnàstic sólo piensa en la salvación y en su mejora de juego para salvar una campaña que no comenzó como se esperaba.

sin balón

No suele esperar a su rival el Nàstic. Su nuevo técnico se caracteriza por controlar bien los esquemas tácticos e impedir que sus rivales asuman la posesión del balón para hacer daño. La llegada del ex bético Álex Ortiz no aportó la fiabilidad deseada a la zona defensiva y se antoja probable que Luis César siga cambiando piezas para encontrar su alineación. Fuster y Mairata suelen ser fijos en sus esquemas, mientras que el veterano (también ex verdiblanco) Mingo sigue luciendo su orden táctico sobre el terreno de juego, aunque no estará hoy en el Villamarín. Seoane y Miki, ambos llegados en el mercado veraniego a través de su director deportivo, Josep María Nogués, suelen hacer funciones de medios de cierre para proteger la zona media e iniciar las salidas al ataque.

Con balón

Mucho pundonor y escasa calidad. Posiblemente este Gimnàstic deba crecer en sus cualidades técnicas para optar a hacer más daño a sus rivales. Roberto y José Mari se marcharon al término de la pasada campaña y no fueron resueltas las carencias en el apartado ofensivo. Álex Cruz y Morán son sus armas más peligrosas desde la zona media ofensiva, mientras que Powel se está convirtiendo en la baza goleadora de un equipo al que le cuesta una barbaridad crear ocasiones de gol, más aún cuando Oliva sólo apuesta por un delantero.

lo mejor

La mejora táctica y anímica del equipo desde la llegada de Juan Carlos Oliva.

lo peor

Sus dificultades para crear peligro y finalizar las jugadas.