Confianza en el mensaje

A petición propia compareció ayer Pepe Mel, ejerciendo de primer capitán de la nave verdiblanca. El técnico, conocedor de que la excepcionalidad de su situación tras seis derrotas, quiso enviar un mensaje de tranquilidad al entorno y a los jugadores e incluso reconoció que no todo se ha hecho con corrección en este tiempo. Con el respaldo del consejo, tanto interna como externamente, Mel pidió el apoyo de todos de cara al encuentro del sábado ante el Málaga.

"El apoyo interno del club lo tengo en el día a día, conocen mi espíritu y mi ánimo. Siento que este equipo va a salir adelante con solvencia. Yo lo sé y ellos lo palpan y el problema sería que me vieran preocupado. Soy bético y le deseo lo mejor al Betis. Si pensara que no estoy capacitado por supuesto que lo dejaría, pero no es el caso. No me mueve el dinero. No sólo soy entrenador del Betis, sino que es mi equipo. La responsabilidad es doble. El respaldo que siento es total", manifestó Mel, quien repitió hasta en cuatro ocasiones durante su alocución su convencimiento de que se logrará el objetivo de la permanencia con solvencia.

Y es que el preparador verdiblanco es consciente de que su voz es, ahora mismo, la más autorizada entre los béticos. "No es normal que cuando un equipo pierde seis partidos consecutivos el club mantenga la fe ciega en el técnico. Creo que en el trabajo y la constancia, este vestuario tiene hambre y eso es lo que nos va sacar de esta situación. No jugamos bien en el Bernabéu, en la primera parte de Getafe o ante el Espanyol, pero sí lo hicimos en Santander, la segunda de Getafe o ante el Rayo y el Levante. En estos seis partidos no hemos sido inferiores a nadie. Estos jugadores en su mayoría son los que nos ascendieron, son buenos profesionales y están fastidiados con la situación. Que la gente esté tranquila que el objetivo se va a cumplir porque nos vamos a dejar todo lo que tenemos", dijo Mel, quien admitió que las derrotas generan desconfianza: "El fútbol es un estado de ánimo y esto se nota. No es falta de intensidad sino que se baja el pistón de manera inconsciente cuando las cosas dejan de salir, se empieza con las miradas... Tenemos un buen grupo y hay que cortar eso. La intensidad se recupera sabiendo que tenemos que correr el triple que el rival. Por eso le pedimos al público que nos lleve adelante".

Pese a todo, Mel admitió alguna de las cosas que se han hecho mal en este tiempo. "Después de jugar en Cornellà, nos fuimos al hotel muy tocados, porque ése no era el camino. Tras perder en Santander, las caras eran otras porque tenemos la confianza de volver a ser lo que somos. Debemos tener la pelota, ser valientes y no podemos salir a ver qué pasa, no lo sabemos hacer. Son dos derrotas, pero diferentes", reconoció el entrenador, quien no quiso entrar a valorar los fichajes, aunque sí personalizó los casos de Matilla y Santa Cruz, dos de los que se espera un mayor rendimiento: "Me preocupaba que Matilla fuera incapaz de sacarse la presión de competir con Beñat o Iriney, pero pronto va a ser importante. Está aquí por una llamada personal mía y debe tener fe en sí mismo y en el entrenador que lo trajo. Santa Cruz es un buen futbolista, que vino tocado y en San Mamés hizo el esfuerzo de jugar. Lo esperamos y nos va a ayudar. El parón le vendrá bien".