Había que rotar pensando en el desgaste intersemanal y Unai Emery sorprendió con varias piezas titulares ante la Real Sociedad. Fernando Navarro como central en el perfil izquierdo, Trochowski en el eje junto con Carriço y Diogo Figueiras por delante de Coke, en la demarcación que cuajó una buena segunda parte el domingo anterior en Vallecas. A esa primera oleada le faltó culminar. Pero Unai se sacó de la manga otra segunda oleada que sofocó la respuesta de la Real. Ganó la partida.

Defensa

La Real es pura fantasía en tres cuartos de campo, con ese dúo Griezmann-Vela tan difícil de neutralizar con espacios. Pero los sevillistas se cuidaron mucho de perder metros en su repliegue para abrir la puerta al chispazo, a una pared o una triangulación de las que suelen trazar el francés o el mexicano.

Para llevar a cabo ese plan A con éxito era vital, por supuesto, la implicación plena de los diez jugadores de campo sin la pelota. Y esta vez, hasta Reyes estuvo atento y comprometido para al menos hostigar un poco al realista que trataba de armar un ataque. También Alberto Moreno se sacudió esa empanada mental que venía mostrando las últimas semanas y allá que fue a apretar bien arriba.

Trochowski es un jugador con un motor limitado. Y más después de su gravísima lesión. Pero tiene cierta intuición para adivinar por dónde irá el pase del contrario, y a su modo realizó un aceptable trabajo defensivo... aunque pronto perdió gas. Y Vela empezó a aparecer.

Jagoba Arrasate metió más creatividad aún en la segunda parte con Rubén Pardo. Y la Real dio un paso adelante que pilló al Sevilla un tanto descolocado. Cristóforo, el sustituto de Trochowski, tardó unos diez minutos en enterarse de la película. Pero se enteró y empezó a morder más arriba. Y a arrancar con la pelota, invitando al personal a salir de atrás. Los otros cambios (Carlos y Gameiro) aseguraron más el balón en las transiciones y la zaga respiró.

Ataque

Salió un Sevilla brioso, que apretó mucho y muy arriba y apenas dejó salir a un equipo con un contragolpe fabuloso. No remató su producción ofensiva en esa fase inicial y, cuando Trochowski se quedó sin resuello, que fue pronto, el partido quedó más dividido. Emery sacó su plan B, también sorprendente: Cristóforo por Trochowski, el chaval Carlos Fernández (que no Marko Marin) por Reyes y Gameiro por Carriço, con lo que Rakitic retrasó su posición. Todo derivó en un Sevilla refrescado y profundo, que tuvo salida por las alas y conexión arriba entre Gameiro y Bacca. Y el cuento tuvo un final feliz. Y justo.

Virtudes

Un plan A agresivo, intenso, al que le faltó punch; y luego un plan B que hizo reaccionar y culminar. Y en ambos, la mano de ajedrecista de Unai.

Talón de aquiles

En la primera parte no lo puso todo de cara por los defectuosos centros desde las bandas. Y de nuevo, fue sorprendido a la contra en saques de esquina o faltas cercanas al área del rival.

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