Empate a dos entre el Soleá y el Santa María en un partido que mayormente dominó el conjunto visitante, pero que en los últimos instantes pudo salir derrotado de las Instalaciones de San Pablo, fruto de un tiro que se estrelló en la cruceta del Puebla de Cazalla.

El triunfo local no hubiese sido un resultado del todo justo, a tenor de los méritos acumulados por ambos equipos. El peso del juego lo llevó el equipo visitante, alentado por una amplia representación de la Puebla de Cazalla, y el dominio dio paso a una ristra de oportunidades erradas, entre los que destacaron dos manos a mano en la segunda mitad.

Con el 0-1 en el marcador, el visitante Javi dispuso de una clara ocasión con la que su equipo podría haber aumentado la diferencia a dos goles. Javi perdió levemente el control de la pelota cuando había rebasado al portero del Soleá y acabó rematando fuera sin apenas ángulo.

Del posible 0-2 se pasó al 1-1, como suelen mandar las reglas no escritas del fútbol. El local Pelé igualó el marcador para el Soleá. Pero el juego continuó con la misma dinámica precedente.

El Soleá exhibía una modélica disposición sobre el campo. Los del Polígono de San Pablo se encomendaban al buen hacer de su ariete y a su historial en casa, con ningún encuentro perdido en su debe, que les insuflaba de esa necesaria confianza en su juego.

Al martillo pilón de los visitantes respondía una y otra vez la defensa del Soleá, que se dejó sorprender en el minuto 74: Torres volvió a adelantar al Puebla. Poco duró el desequilibrio en el marcador, ya que Plaza contrarrestaría la ventaja visitante con el gol de la igualada, el del 2-2.