Imán de precisión contra el plástico

El otro partido

El gesto de Kanoute en el 0-1 acomodó al Sevilla bajo la lluvia y sobre el césped

Adriano, el asistente, y Kanoute, el ejecutor, se abrazan.
Eduardo Florido

03 de octubre 2008 - 05:02

Corría el cronómetro hacia el minuto 38 cuando Kanoute terminó con las esperanzas del Red Bull Salzburgo, un club que tiene mucho dinero para todo, incluido un espectáculo multimedia con luces y colorines de discoteca antes del partido, menos para cuidar un césped natural. Con excusas climáticas, se supone que por el frío centroeuropeo, el club de la ciudad de Mozart desnaturaliza el fútbol como su universal hijo naturalizó la música en el salto del Barroco al Romanticismo. Lo clásico es el césped sin apellidos, menos en esta ciudad tan unida al Clasicismo.

El Wals-Siezenheim disfruta de césped artificial, con permiso de la UEFA, claro. Pero el Sevilla cuenta con Kanoute y eso son palabras mayores en cualquier escenario europeo y sobre cualquier terreno de juego. Nada menos que 20 goles lleva ya el jugador francés de origen malí en competición europea tras los materializados ayer sobre el plástico salzburgués. Una garantía contra los inventos de las nuevas tecnologías. O no tan nuevas.

Según el especialista en la materia del Sevilla Carlos Venegas, la superficie del estadio austriaco no es de última generación, como sí es la de los campos que hay en la ciudad deportiva sevillista donde se ejercitó el equipo antes de viajar a Austria. Es de hebra más corta, más aplastada, según pudo comprobar el especialista que se trasladó expresamente a Salzburgo para tal efecto. Y eso, junto con la fina lluvia que no dejó de caer durante el partido, propició un inicio de partido en el que los jugadores del Sevilla luchaban más por controlar el esférico sin resbalar que por hacerse con el control del partido.

El Salzburgo salió como un poseso sobre la superficie en la que está acostumbrado a jugar. Verticalidad, juego directo buscando las bandas y sus torres, Janko, Nelisse, Zickler... Y el Sevilla aparecía como un aprendiz con patines durante el primer cuarto de hora.

Sin embargo, el conjunto de Jiménez atesora mucha calidad técnica y se fue haciendo a patinar sobre el terreno sintético. Con Renato debutando esta temporada en la mediapunta, con Duscher abarcando terreno, un acoplado Romaric, Adriano muy participativo y Jesús Navas en su línea, poco a poco se fue rehaciendo el Sevilla, después de que la defensa ejerciera de apagafuegos en el alocado inicio.

¿Tanto influye el piso en el fútbol de alta competición? La igualdad de los equipos insta a pensar que todo se desequilibra por cuestiones de precisión, por un control, por un resquicio milimétrico, por el giro del tobillo al disparar.

A Jesús Navas le pudo traicionar el piso cuando se quedó solo ante Ochs tras un excelente servicio de Renato. Se escoró a la izquierda y disparó cayéndose. El mismo Kanoute falló un claro control en la frontal a pase de Duscher. ¿Cuestión del piso? En el 0-1 no hubo yerro. Jugadón de Adriano, fuerte centro y un gesto de jugador de clase en el control -¡qué imán en el pie!- y el disparo de Kanoute. El 0-1 terminó de acomodar al Sevilla sobre el piso y el Salzburgo se quedó sin su mayor ventaja.

P. S.: El balón fue el mismo de la Eurocopa, evento en el que la UEFA sí obligó a usar césped natural en este estadio. Una disparidad de criterio inaceptable.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último