La comunión perfecta. La interactividad sincronizada. La fiesta total. El sevillismo puso a reventar el Ramón Sánchez-Pizjuán, lo abarrotó de ilusión y gratitud, de pasión y disfrute, hasta el punto de que el club tuvo que cerrar las puertas y dejar fuera a cientos, quizá miles, de sevillistas que ya no tenían sitio en el escenario de la gran fiesta. El espectáculo de imagen y sonido fue precioso. Y el colofón, con un Unai Emery volcado, fue vibrante, emotivo. El de Fuenterrabía se entregó a Nervión y Nervión se entregó a él.

El Sevilla y su afición revivieron su historia, década tras década, y también sus títulos, incluidos los de la UEFA: Eindhoven, Glasgow, Turín... Varsovia. Los jugadores, emocionados y jocosos según la personalidad de cada uno, fueron también protagonistas activos. Intercambiaron cánticos con la afición. "Forza, Sevilla, campeón" se cantaban jugadores y afición, afición y jugadores, en un mutuo reconocimiento de sintonía y esfuerzo común. Hasta que José Castro y Fernando Navarro subieron el trofeo sin asas, el paragüero, la copa del Sevilla, del tetracampeón, hasta lo alto de la caja donde esperaba el grueso de la plantilla. Todos juntos, entre juegos de luminotecnia, entonaron la archiconocida We are the champions, The Queen en honor al rey de la UEFA. Tomó la palabra José Castro, ya casi afónico. "Hubo un tiempo en que nos preguntábamos, ¿por qué nosotros no podemos ganar un título? Y ahora nos preguntamos, ¿otra copa más? Sí, otra copa más". El estadio rugió.

Hubo protagonistas destacados, cariño hacia los jugadores más secundarios y hacia los lesionados, Pareja y Cristóforo. La afición les dedicó cánticos especiales a Unai Emery, a Monchi, a Reyes... El "Reyes, quédate" sonó fortísimo. Y Emery recibió un baño tremendo de pasión, inédito en un técnico del Sevilla. Y hubo lágrimas, y más cánticos, y... La fiesta fue eterna, como eterna es la gloria del Sevilla. "Esto es una gran familia. Aquí se respira algo especial, es nuestro santuario. Vamos a por la Champions, a vivirla, a disfrutarla". Palabra de Emery.