Nervión tiene la palabra

Liga Europa · El otro partido

El apoyo de la afición sevillista será clave en la vuelta para contrarrestar el mejor estado físico de los alemanes.

Nervión tiene la palabra
Nervión tiene la palabra
José María López

19 de agosto 2011 - 05:02

Era el rival más complicado del bombo y se ganaron el calificativo. El Hannover 96 superó al Sevilla en prácticamente todos los aspectos del fútbol anoche, pero cometió el grave error de dejar con vida a un equipo que si algo no ha perdido es su pegada.

Marcelino García Toral debutaba en el banquillo sevillista, al igual que Coke, Spahic y Trochowski en partido oficial, pero la falta de rodaje y el momento de forma de los ayer amarillos pesó demasiado en su contra, y el rival se aprovechó de ello. También debutó Manu del Moral en la segunda mitad, y por su cabeza pasó la mejor opción que el Sevilla tuvo de empatar.

Lo más grave quizás es que el equipo se pareció por momentos a ese conjunto roto que deambulaba a finales de la pasada campaña. Mientras, Marcelino no paraba de gesticular y animar a los suyos en la banda, y lo más positivo que se puede extraer es que, lejos de su mejor estado de forma, el Sevilla plantó cara a un muy buen rival y un solo gol en el Sánchez-Pizjuán la semana que viene bastaría para voltear la eliminatoria.

Pero si algo debe notarse es que el Sevilla volverá a jugar en casa y que la ilusión del nuevo proyecto ha espoleado a la afición. Ayer, 44.000 espectadores reventaron un AWD-Arena que no veía fútbol continental desde hace 19 años y llevaron en volandas a los suyos. Por ello, la superioridad física alemana así como su mayor ritmo de competición debería ser contrarrestado por los ánimos de una afición ávida de volver a caminar junto a su equipo. No quiere esto decir que el cuerpo técnico sevillista y el plantel no tengan que reconocer errores y corregirlos para superar a un conjunto al que quizás no se le ha dado la categoría que todo un cuarto clasificado de la Bundesliga debiera tener.

La huelga de la primera jornada otorga al equipo un tiempo de preparación con el que no se contaba hace apenas unos días y la corrección de errores con respecto al partido de ayer debe ser evidente para que el espíritu de la eliminatoria de hace un año ante el Sporting de Braga no sobrevuele Nervión y empiece a desestabilizar un proyecto que aún está en fase de cimentación.

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