Betis-barcelona b

Tener un goleador o no tenerlo (1-0)

  • El Betis derrota con buena cara al Barça B gracias a un gol de Rubén Castro que da otro respiro a Velázquez, expulsado al filo del descanso. El toque azulgrana se quedó sin premio por falta de remate.

Si puedes ganar bonito, mejor. Pero si sólo puedes ganar, ganar es suficiente. Este Betis no está para tirar cohetes y mientras sea él mismo su principal rival seguirá avanzando entre sombras, pero había que ganar para no perder la fe tras la extrañísima derrota de Pamplona y en esta ocasión no se dejó sorprender. Cierto que el Barcelona B hizo tanto como el Betis para que Adán terminase con la puerta a cero, pero ese es el comienzo de todo y el triunfo tiene un valor tremendo dadas las circunstancias.

Triunfo necesario del Betis pues da un nuevo respiro a Julio Velázquez y mantiene la línea de juego de la jornada anterior, esa que dibuja un camino mucho más luminoso hacia el objetivo a pesar de las tremendas dudas que el equipo tiene que despejar. Cierta alegría, ocasiones y pocas intervenciones de Adán.

El filial azulgrana llevaba cinco de los últimos seis partidos sin marcar y dejó claros los motivos. En Heliópolis se empeñó en que fueran seis de siete porque a su buen fútbol le falta claramente finalización. Sin gol importa poco el nivel que uno pueda ofrecer. Al Betis le ha pasado algo parecido varias veces. Pero tiene a Rubén Castro y eso vale oro para remediar la contingencia. Fue la diferencia más notable entre dos equipos técnicamente muy por encima del resto.

Al Betis le vino hasta bien la propuesta del Barcelona B. Alegre y con talento, pero sin gol ni nada que se le parezca. El equipo de Eusebio exigió tácticamente al Betis y los locales aguantaron bien, incluso se vieron espoleados en momentos de dudas por el buen juego desplegado por el filial. Suelen ser rivales muy inoportunos en momento críticos, pero esta vez resultó oportunísimo. Mejor ceder la iniciativa que permitir contragolpes visitantes. El Betis no tuvo reparo en ceder la posesión para, a cambio, no perder el orden.

Cambió Julio Velázquez únicamente a Lolo Reyes, por sanción, del equipo de Pamplona y con N'Diaye lo cierto es que el Betis ganó músculo y perdió circulación. A talento posiblemente no le iba a ganar al Barcelona B, así que mejor oficio y saber estar. 

Salió el Betis con rabia y las dos primeras opciones fueron suyas, pero Adama recordó al cuadro de Velázquez sus pertinaces debilidades con una sensacional cabalgada por el centro esquivando rivales que no culminó Sandro. La mejor opción, la mayoría de ellas incluso, fue bética, con un cabezazo de Rennella picado que sacó milagrosamente Ortolá.

El paso de los minutos no ayudaba porque físicamente el Betis está algo por debajo que su rival y todo pareció complicarse por una discusión absurda al filo del descanso por la que el árbitro expulsó a Julio Velázquez y al ayudante de Eusebio. Todo en contra para el técnico del Betis, muy cuestionado y fuera del banquillo la segunda parte del Barcelona B y todo el partido siguiente, en Zaragoza nada menos.

Ocurrió que la ausencia del capitán del barco empujó al Betis de manera definitiva, como si los jugadores fueran verdaderamente conscientes de que no ganar era empezar de nuevo con otro al timón. El Betis salió ya de noche a morder y consiguió hacer pupa. Llegó cuatro veces en los primeros cuatro minutos hasta lograr premio en un robo de Kadir en la línea de fondo y cesión a Rennella, que envía cruzado y raso al segundo palo para que Rubén Castro fusile a Ortolá. 1-0 y la mitad del trabajo hecho.

Kadir y Rennella tienen la opción de ampliar antes de la hora de juego pero la entrada de Halilovic convierte definitivamente el balón en propiedad del Barcelona. A medida que el físico bético va resquebrajándose, el Barça B juega de salón pero no pisa el área, el Betis controla y sólo lo escaso del marcador mantiene los temores. 

Esos temores se hicieron horrores a ocho del final, cuando un desmarque magnífico de Sandro parece derivar en penalti de Adán y consiguiente expulsión. El árbitro entiende que el canario le engaña y zanja el tema con amarilla para el atacante, el Betis respira, la grada para qué contar y el partido se diluye en arrancadas de Adama que no acaban en nada. Principalmente, porque para bien del Betis Eusebio no tiene un goleador que se parezca ni en el peinado al que permite mantener el sueño de los béticos de volver a Primera División. Tener o no tener.

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