Todos estaban pendientes de la aparición de Nachbar, pero fallaron los demás. En Badalona, en la antesala del tramo final de la temporada, irrumpió al fin el astro, pero los satélites se perdieron en una órbita helicoidal que los transportó al vacío interestelar. El CB Sevilla cayó derrotado ante el Joventut, fruto de la pésima gestión de un último cuarto al que accedió con una ventaja de siete puntos que, visto el transcurso del choque, nadie esperaba que el equipo llegara sin opciones a los últimos dos minutos del encuentro. Era el último y definitivo periodo y, ya fuera por la pésima gestión de las posesiones, ya fuera por el agotamiento de un equipo sin apenas reservas, ya fuera porque a los verdinegros les tocó la moneda de cara, el caso es que el equipo se desvaneció en el instante menos oportuno. En esta ocasión, una vez más, el equipo cajista fue desbordado en el capítulo del rebote: 16 capturó el Joventut en la zona sevillana, un registro inconcebible.

En la cuestión del rebote (39 del conjunto verdinegro frente a los 27 cajistas), algo podría atribuirse a la imagen de la manta corta. Si uno se tapa el torso deja descubierto los pies y al contrario. Probablemente, la exigencia de aplacar el castigo desde el exterior de los jugadores de Salva Maldonado propició dejar al descubierto la pintura y sus alrededores, facilitando el dominio reboteador visitante durante todo el partido. Esa circunstancia, mientras quedaba carburante en el motor, no impidió que el conjunto entrenado por Luis Casimiro siguiera comandando en el marcador sin demasiadas dificultades, por muchas segundas y terceras oportunidades de las que disponía para anotar el rival. Sin embargo, cuando ni carburaron las piernas en defensa ni fluyeron las meninges en ataque -así era el escenario del último cuarto-, el equipo sevillano quedó varado, errante, a merced de un Joventut que se creció a base de sangre y de triples.

Fue precisamente la faceta del tiro desde 6,75 la que mantuvo a flote al CB Sevilla durante gran parte del encuentro, cambiándose el papel con el adversario barcelonés. El inicio fue fulgurante: cuatro triples de Nachbar, uno de Hakanson y otro de Bamforth ayudaron a subir a 26 la cuenta anotadora visitante al término del primer cuarto, periodo en el que el Joventut ya había capturado siete rebotes en ataque, un registro que ponía en solfa la superioridad anotadora de los sevillanos en este inicio.   

La ventaja, durante el segundo cuarto, viraba en un cómodo intervalo que no dejaba de tender a la decena de puntos. Los secundarios habían arrancado óptimamente sus minutos, pero ya comenzó a comprobarse que el equipo iba a depender de nuevo de acciones aisladas más o menos individuales. Miljenovic anduvo desapercibido y hasta cometió una falta que propició el 3+1 de Mallet a falta de dos minutos para el final de este segundo periodo. Hubo minutos también para Jerome Jordan, pero es urgente que el pívot jamaicano no sólo recupere la forma sino que recuerde que, en su puesto, se ha de defender más con las caderas, con los hombros y con el torso que con las manos (hubo veces que parecía chapotear el agua como hubiera hecho un niño en una bañera). Sólo Alfonso Sánchez, que es capaz de alternar las luces y las tinieblas en dos jugadas consecutivas, mantuvo a flote al equipo, que conservaba los seis puntos de distancia cuando finalizaba la primera mitad (38-44).   

El equipo verdirrojo aparentaba tener el partido controlado. Así lo decían las sensaciones y las estadísticas. A ellos contribuyeron, en el inicio del tercer periodo, dos continuaciones encestadas con agilidad por Balvin y un par de triples seguidos de Nachbar, que elevaba a 12 la ventaja en el luminoso del CB Sevilla (42-54). Fue entonces cuando apareció desatado Suton: suyas, y de Mallet -que se calentaba- fueron las canastas que dejaban vivo a un conjunto local que llegaba al final del tercer cuarto con siete puntos de desventaja.

Ambos contendientes comenzaban el último segmento del choque con la impresión de que, si nada cambiaba, el triunfo sería para los sevillanos. Pero todo cambió. Para empezar, al Joventut empezaron a entrarle los triples, pareciéndose, esta vez sí, al equipo destacado en el bombardeo de la presente temporada. Primero Llovet, luego Sergi Vidal, luego de nuevo Llovet y de nuevo Sergi Vidal equilibraban el duelo a falta de cuatro minutos para el final del partido (75-75).

Las defensas que habían incordiado hasta entonces las muñecas de los triplistas verdinegros dejaron de hacerlo. Si a eso se añade que, cansancio mediante, el balón comenzó a quemar entre los sevillanos, se completa el nefasto cuadro del cierre del partido. Los jugadores de la Penya, algo disminuidos antes, reservaron los últimos instantes para volver a ser ellos: circulación de la pelota, brillantez en las anotaciones y el Caja fuera del partido, de la órbita. La victoria se quedó sin apuros en Badalona. 

89 - FIATC Joventut (20+18+20+31): Mallet (14), Abalde (5), Vidal (14), Llovet (13), Rakovic (2) -equipo inicial-, Drame (14), Paul (1), Sabat (3), Suton (18), Ventura (2) y Miralles (3).

83 - Baloncesto Sevilla (26+18+21+18): Hakanson (11), Bamforth (11), Rodríguez (2), Nachbar (32), Balvin (12) -equipo inicial-, Sánchez (5), Miljenovic (-), Oriola (6) y Jordan (4).

Árbitros: Cortés, Peruga y Cardús. Sin eliminados.

Incidencias: partido correspondiente a la vigésimo segunda jornada de la Liga Endesa disputado en el Palau Olímpic de Badalona ante 3.882 espectadores.