Con Frazier protagonista en la cancha el día de su estreno de verdiblanco y un mago como Shannon Evans, sentado a pie de pista viendo el partido, que dejó los últimos mejores momentos de baloncesto en un San Pablo que ha vivido días más dulces, el Betis Baloncesto arrancó el cuarto triunfo de la temporada al superar al combativo Grupo Alega Cantabria por 80-70 en un choque que sólo resolvió en el último cuarto.

Ya se sabía que Frazier estaba en Sevilla desde hace días, pero el club sorprendió antes del duelo con el corte de Rakocevic, que si bien no ha sido el anotador esperado –¿quién lo ha sido?– tampoco ha estado mucho peor que un Rogic que sigue sin levantar cabeza o que un Polanco venido a menos y que puede perder mucho protagonismo con el nuevo refuerzo verdiblanco, que se fue hasta los 20 puntos en su debut, aunque acabó eliminado por faltas. Parece que el estadounidense puede ser una adquisición interesante, ya que tiene puntos en sus manos y cada vez que penetra a canasta parece que pasan cosas, pero el conjunto de Bruno Savignani sigue tropezando con la misma piedra. Piedras en este caso: incapaz de cerrar el rebote, obcecado desde el triple (tiró más veces de tres puntos en el primer tiempo que de dos) y con una debilidad defensiva que ante un rival de mayor potencial seguramente le complique bastante el duelo.

Al menos ganó el equipo sevillano, que sigue reformándose a golpe de fichaje, de quitar y poner cual cambios de cromos (hasta el 29 de marzo hay barra libre) para rehacer lo que antes de la entrada del grupo XOY hizo la entidad heliopolitana. No es Rakocevic el culpable del negativo balance (4-9 en estos momentos), pero lo cierto es que la primera sensación es que Frazier puede aportar un liderazgo sobre la cancha de cuya falta adolecía el grupo. Y eso que empezó lanzando un auténtico melón contra el tablero que no era la mejor carta de presentación en la primera jugada del choque.

Shannon Evans y Tariq Kirksay observan el encuentro a pie de pista.

Pero lo cierto es que en cuanto calentó en un frío Palacio de los Deportes que ofreció otra vez una triste imagen con unos 700 espectadores en las gradas –no estaría de más valorar cambiar el horario en casa al domingo a las 12:30– tiró del equipo en el segundo cuarto, cuando el Betis Baloncesto protagonizó su primera escapada con siete puntos suyos (35-26). Antes, en los primeros 10 minutos, el cuadro hispalense abusó desde el triple (cuatro de los primeros cinco tiros fueron desde más allá de la línea de los 6,75 metros), con Dedovic posteando continuamente y Berzins, el techo verdiblanco con sus 2,12 metros, tirando desde fuera. El mundo al revés.

Tras el 19-17 del primer cuarto, Savignani apostó por una zona 2-3 en la primera jugada del segundo y Walker anotó con facilidad bajo el aro. No está muy trabajado ese tema todavía. Frazier tomó el mandó de las operaciones, hasta el punto que era él quien armaba el ataque cuando coincidía con Rogic en la pista, venido cada vez a menos y con un protagonismo escaso. En cuanto Pacheco esté recuperado y con ritmo, puede ser el siguiente en hacer las maletas, aunque el brasileño es más un escolta que un director de juego. El base titular es Barnes, que sigue dando pasos adelante en su adaptación y aunque esta vez no asistió como otros días sí que estuvo inspirado en el apartado anotador (16 puntos) acompañando a su compatriota.

Un parcial de 16-2 desde el 19-24 permitió al Betis amenazar por primera vez con romper el partido (35-26), pero aún es un conjunto muy débil defensivamente en el que a muchos jugadores les cuesta ponerse el mono de trabajo atrás. Sólo Dedovic se fajaba para frenar a Bulic, referente del cuadro cántabro, pero cuatro ataques que acabaron en nada de los locales permitieron a los visitantes firmar un 0-9 para llegar al descanso metidos de lleno en el partido (35-34).

Barnes, defendido por Lisboa.

Sin embargo, a poco que acelerase este Betis Baloncesto tiene, a priori, más talento y puntos que un Cantabria que sin la inspiración de Bulic le costaba atacar y con Frazier otra vez como protagonista el conjunto sevillano dio otro tirón (46-38). El ex ACB Nogués aprovechaba un fácil rebote ofensivo para enganchar de nuevo a su equipo (46-43) para seguir enganchado al final del tercer acto (50-45).

Bulic, que capitalizaba casi todas las acciones de ataque de los suyos (18 tiros de campo) no impidió que entre Frazier, Barnes y Kuksiks, que apareció para anotar sus clásicos triples que le permiten maquillar su debilidad defensiva, rompieron definitivamente el choque (71-57). Cuatro minutos de tranquilidad para disfrutar de un triunfo que al final fue más plácido de lo que en realidad fue el duelo, pero que sigue sin ocultar los problemas que tiene que resolver el Betis Baloncesto si quiere aspirar a engancharse todavía al tren de los play off.

Urge disponer de un pívot que no huya de la zona estando solo bajo la canasta y que cierre el rebote. Ya si es capaz de generarse sus propias canastas sería el paso definitivo, aunque no parece que Wembi, el cinco señalado por Iván Déniz para completar la plantilla, sea de ese perfil. Necesita el conjunto de Savignani gobernar mejor los partidos (el Cantabria realizó 12 tiros más de campo) y Frazier puede ser quien le aporte esa crucial característica para empezar a creerse que puede estar más arriba.