Una canasta puede marcar la diferencia entre ganar o perder. Un partido, según Óscar Quintana, es lo que ha marcado que el Betis Energía Plus sea incapaz de salir del pozo y acumule ya seis derrotas seguidas, alguna con palizas vergonzantes. El duelo en Burgos, un encuentro en el que entró en el último cuarto con 11 puntos de ventaja (y posesión), es la clave de todo para el técnico heliopolitano. "Nos hizo mucho daño en lo psicológico. Hemos vuelto a meter piedras en la mochila y hay que resetear la cabeza y trabajar en los despachos para modificar lo que haya que modificar", explicó el técnico en Radio Marca Sevilla.

"Tuvimos partidos que pudimos ganar. Nos afectó demasiado mentalmente la derrota en Burgos. Ante el Gipuzkoa y el Estudiantes competimos y pequeños detalles hicieron que se escapasen y que los fantasmas del armario que estábamos encerrando volvieran a salir. El equipo compite, pero luego la ansiedad por donde está nos acaba atrapando", afirmó el preparador bético, que afronta "con ganas y fuerza" los encuentros decisivos ante el Joventut y el Andorra en casa. Seguramente sus dos vidas extras: "Desde la defensa es como debemos crecer. Sabemos hacerlo, como ya hemos demostrado. Entendería que si no hubiésemos ganado antes los jugadores no creyeran en esa idea, pero lo hemos hecho antes y por eso no entiendo los picos buenos y malos en un mismo partido. Ganar a la Penya nos daría mucha moral y nos quitaría piedras de la mochila", aseguró.

Pero mucho pasa por los refuerzos que cierre el club en este parón: "Hay que acertar con el que venga nuevo. Creo que habrá alguna cara nueva antes del Joventut. El club trabaja para ello, pero debe ser alguien que aporte desde ya", apuntó el cántabro, quien se siente "respaldado": "Pero esto es deporte profesional y lo que hay que hacer es ganar partidos y volver a ser nosotros mismos. Estoy bien y tengo que trasladar tranquilidad al plantilla", insistió el cántabro.

A nadie se le escapa que las opciones del Betis Energía Plus pasan por ganar esos dos encuentros seguidos en San Pablo. "Ya todo son finales", argumentó un Quintana que rompió una lanza por el bajón de Schilb: "Ahora está más defendido que antes y a veces no lo tratan igual en cuestión de faltas y 2+1 como a otros rivales y a veces eso le raya un poco". Quizá eso hay que decirlo después de un partido en rueda de prensa y no en una radio local.

Con todo, el técnico cree que el descanso durante esta semana (aunque hay jugadores como el propio Schilb que se han quedado en Sevilla trabajando) servirá para "resetear y afrontar lo que queda por delante con la cabeza limpia". Limpia o sucia la mente, sólo vale ganar. Eso es lo único que está claro.