Los nuestros | Rafael Velasco, fundador y entrenador de la Escuela Integra Fútbol

El fútbol como vehículo de integración

Rafa Velasco posa con algunos de los chicos de Integra Fútbol.

Rafa Velasco posa con algunos de los chicos de Integra Fútbol. / M.G.

"No soy profesor, pero siempre he tenido vocación docente", dice Rafa Velasco (1967, Sevilla) cuando le toca hablar de niños. Siempre le inquietaron aquellos que requerían atención especial. Por eso, hace unos años puso en marcha junto a tres compañeros –Juan Torrado, José Ángel Gómez y José Antonio Brenes– la Escuela Integra Fútbol, un espacio de ayuda a chicos con problemas psicoevolutivos.

A él acuden semanalmente jóvenes con síndrome de Down, síndrome de Asperger, TDH o disfasia. Y el propósito de los directores es utilizar el fútbol, con sus entrenamientos y sus variantes, como "un vehículo de integración" para ellos. "Es una terapia adaptada", apunta Velasco, que incide en la importancia de reforzar la autoestima. Una autoestima a menudo dañada en círculos cotidianos.

"Muchas veces, este tipo de niños tiene el hándicap de que no los dejan jugar, les dicen continuamente que son muy malos y los tienen un poco arrinconados". En los colegios y en los barrios, cuando hay un balón de por medio, surge un clima de rechazo realmente nocivo. Y es ahí donde interviene Integra Fútbol.

Hoy, la escuela cuenta con unos 35 chicos que se dividen en tres grupos. "Tenemos un primer grupo más limitado con el que trabajamos, sobre todo, lo relacionado con la coordinación, la psicomotricidad, el trabajo en equipo, etcétera", detalla Velasco. Mientras, en el segundo grupo, en el que la mayoría son muchachos con TDH y Asperger, se trabajan aspectos más específicos. Mientras que en el tercero, algo mayor en cuanto a edad, los entrenamientos son los propios de un equipo.Ese tercer grupo está inmerso, con algunos integrantes extra, en una competición corriente. "Así es como trabajamos la integración: que ellos terminen jugando contra chavales que no tienen ningún tipo de problema", continúa Velasco, que advierte que esto debe ser "un proceso lento que ellos empiecen desde pequeños".

Ahora los entrenamientos se realizan en el Centro Deportivo Mar de Plata, en Triana, un recinto cedido por el Ayuntamiento de Sevilla a la escuela. Pero los inicios del proyecto no fueron fáciles. Todo comenzó hace ocho años. Velasco, que es entrenador titulado, conducía entonces un programa de radio sobre peñas sevillistas en la emisora Neo FM, un programa que se mantuvo durante una década y en el que disfrutó "muchísimo". A raíz de él conoció la Asociación Sevillana de Síndrome de Asperger y comenzó a colaborar con ellos, con el balón como manivela. "Los terapeutas decían que a estos niños no les gustaba el fútbol. No sabíamos cómo iba a salir, pero vimos que cada vez venían más".

Tres años más tarde, después de un período de tanteo, Velasco y sus compañeros, también entrenadores, arrancaron Integra Fútbol. Actualmente cuentan con la ayuda especializada de cuatro psicólogos: Juanfran Mejías, Abi Gil, Víctor Ramírez y Rubén Salcedo. Y la de un noveno inquilino que responde al nombre de Diego Cruz. Él es un joven con síndrome de Asperger que se graduó en TAFAD (Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas) y ahora participa como monitor de uno de los grupos. Un motivo de orgullo para los fundadores de la escuela.

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