Un giro hacia la cantera
betis - lyon · el rival
Bajo la dirección de Remy Garde, un técnico de la casa, el Olympique de Lyon busca reinventarse ante el nuevo poderío del PSG y el Mónaco
Tras una década codeándose con la élite del fútbol europeo en la Liga de Campeones, el Olympique de Lyon de Jean Michel Aulas, el presidente que lo convirtió en el mejor equipo de Francia, busca reinventarse con una hornada de canteranos de gran calidad, después de que el PSG y el Mónaco se hayan convertido en las referencias del fútbol francés, sobre todo por la chequera de la que disponen.
Bajo la batuta de Remy Garde, el Olympique no ha arrancado la temporada como se esperaba. Eliminado en la previa de la máxima competición continental por la Real Sociedad, que se impuso con claridad en ambos encuentros, aparece octavo clasificado en la Ligue 1 con siete puntos y un juego irregular. En su último partido ante el Rennes no pudo pasar del empate a cero como local, con un juego plano y previsible, donde únicamente Grenier, ante la ausencia de Gourcuff, puso algo de imaginación en el ataque.
Sin balón
Como suele ser habitual en los equipos galos, el Olympique destaca por la fortaleza física de los centrales y del centro del campo, lo que lo convierte en un equipo incómodo en el cuerpo a cuerpo. A la hora de defender, el esquema se transforma en un 4-1-4-1 muy definido, con Gonalons como un tercer central por delante de la defensa. El equipo francés no suele presionar con las líneas adelantadas, algo que sólo realiza en contadas ocasiones, y comienza a apretar desde la línea del centro del campo.
Los centrales, y más con la ausencia del indiscutible Bisevac, sufren con una delantera con movilidad, algo que ya le ocurrió ante la Real y ese juego al espacio de Griezmann, Vela o Seferovic.
Con balón
Sin Gourcuff, el Olympique pierde a uno de sus referentes del juego de ataque, dejando a Grenier sin su principal socio para realizar un juego combinativo. Además, la ausencia de Gourcuff también implica que Garde utilice a dos extremos más específicos, como los veloces Lacazette y Fekir, algo que provoca que los laterales se desdoblen menos en ataque, principal cualidad del zurdo Bedimo.
Si Fofana acompaña a Gonalons, el centro del campo pierde creatividad para ganar fuerza, justo lo contrario si Garde acaba eligiendo a Malbranque, un mediocampista de más toque.
Con el recuperado Gomis, que pidió salir en verano, sobre el campo, el Olympique también emplea un juego más directo, aprovechando la fortaleza física del delantero.
Lo mejor
La proyección de sus numerosos canteranos, llamados a ocupar un lugar importante en la selección francesa, con Gonalons siendo ya una realidad y Grenier una promesa en ciernes.
Lo peor
La lentitud de sus centrales, que pasan dificultades ante delanteras móviles; y la falta de continuidad para desarrollar su mejor juego durante más minutos.
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