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De la ilusión a los nervios, una realidad compartida

  • El Sevilla, con cinco partidos sin ganar, y el Málaga, con seis, presentan las peores rachas de la Liga salvo el colista Zaragoza · Día clave para el futuro de sus proyectos

En agosto, Sevilla y Málaga compartían la ilusión de un proyecto nuevo fabricado para ser dos serios aspirantes a pelear por los puestos que permiten jugar la Champions. Cinco meses después, ambos equipos andan inmersos en una nerviosera que en el caso de los sevillistas se palía por un factor tan etéreo y subjetivo como la mejoría de juego, y en el de los malaguistas en la esperanza de que la inversión en fichajes del jeque Al Thani, 60 millones de euros aproximadamente este verano, se traduzca de una vez en resultados. Detrás de todo están las figuras de Marcelino García Toral y Manuel Pellegrini, que tienen el apoyo institucional de los clubes y la creciente duda sobre su capacidad entre sus aficiones.

La realidad es que Sevilla y Málaga comienzan la segunda vuelta no sólo con la obligación de acercarse a los puestos de privilegio, sino con la urgente necesidad de zanjar con un balsámico y sonoro triunfo sus respectivas malas rachas: cinco encuentros sin ganar los de Nervión y seis los de Martiricos. Sólo el casi desahuciado Zaragoza que trata de salvar Manolo Jiménez los supera en este apartado, al acumular 13 partidos sin conocer el triunfo.

El Sevilla afronta este duelo de rivalidad andaluza que es vivido en La Rosaleda como su particular derbi en una situación extraña. Cinco partidos sin ganar es mucho lastre para este equipo que ya pasó por una racha similar antes de sus dos últimos triunfos, en Zaragoza y ante el Getafe. Más de un mes ha transcurrido desde aquel 5 de diciembre en que el Sevilla ofreció a sus aficionados el triunfo más holgado del curso: 3-0. Luego llegarían la derrota con el Levante, la humillante goleada ante el Real Madrid, el traspié en Vallecas en el reestreno de Reyes y los dos empates con Espanyol y Betis. A la imagen de estos dos últimos partidos y a la positiva influencia del utrerano en el juego del equipo se agarra Marcelino, aunque él mismo reconoció el viernes que ya está bien de victorias morales.

En el Málaga, el director general, Fernando Hierro, y el director deportivo, Antonio Fernández, se encerraron con la plantilla el lunes para hablarles a la cara a los jugadores y dejarles claro que Pellegrini tiene todo el apoyo institucional del club. La afición blanquiazul, que no saborea un triunfo desde el 28 de noviembre (2-1 sobre el Villarreal). Desde entonces empató en casa con Osasuna y Atlético y perdió fuera frente a Real Sociedad, Valencia y Sporting antes de ser goleado en casa por el Barça.

Pero no sólo comparten malas rachas. El Málaga tiene similares problemas al Sevilla a la hora de definir ante la portería el juego que genera, aunque gana en este apartado: 22 goles a 20. En la faceta defensiva, en cambio, ganan los sevillistas con 20 goles encajados por 28 de los malaguistas.

Los de Marcelino han tardado una vuelta en dar con un patrón de juego, aunque siguen sin concretarlo en resultados. Los de Pellegrini siguen cayendo en el defecto de ser endebles atrás y de romperse por la mitad por la lentitud de su zaga y la soledad de Toulalan en el medio, algo similar a lo que ha sufrido Medel muchas veces. Demasiadas similitudes en dos proyectos que tratan de enderezarse en medio de los nervios de su afición.

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