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Un impío Cristiano

  • El Real Madrid pone pie y medio en la final de Cardiff al superar a un Atlético que no atisbó su reacción tras marrar Gameiro una clara ocasión

Cristiano Ronaldo dispara con frialdad, tras una excelente jugada de Lucas Vázquez con pase de la muerte, para batir a Oblak y hacer el tercer gol.

Cristiano Ronaldo dispara con frialdad, tras una excelente jugada de Lucas Vázquez con pase de la muerte, para batir a Oblak y hacer el tercer gol. / JUANJO MARTÍN / efe

Un triplete de Cristiano Ronaldo, de nuevo decisivo en las grandes citas, acerca al Real Madrid al sueño de reeditar éxito en la final de Cardiff, convertido en la bestia negra europea de un Atlético de Madrid que arriesgó en búsqueda de un gol y recibió un duro castigo (3-0) que sólo levantaría una gesta histórica.

El día de la Comunidad de Madrid no podía dejar un mejor regalo para el fútbol europeo que un nuevo duelo entre dos equipos que mandan en el Viejo Continente. Protagonistas de dos de las tres últimas finales que daban una nueva exhibición de poder del fútbol español. Por cuarto año consecutivo un derbi madrileño en Liga de Campeones que esta vez no decidieron los pequeños detalles. El Real Madrid desató su mejor fútbol con un movimiento táctico clave, la presencia de un cuarto centrocampista gracias a la lesión de Bale.

Nunca una baja de una estrella le vino tan bien a un equipo. Permitió dar paso a la fantasía de Isco, el mejor socio de Modric, para disfrutar con el balón e imponer un criterio en el juego más asociativo del curso. El Real Madrid se convertía en un rodillo que exigía al Atlético sacar a relucir su mejor versión. Valiente Simeone en búsqueda de corregir errores del pasado que dejaron heridas aún abiertas, salió a presionar arriba, con líneas adelantadas pero condicionado por sus bajas en el lateral derecho.

Tenía clara su solución pero no estuvo a la altura. Lucas fue el elegido, a pierna cambiada. El Real Madrid ya tenía un flanco claro que atacar. Cristiano y Marcelo no tuvieron piedad. El Cholo comenzó con Koke como ayuda en esa banda y acabó recurriendo a Carrasco. El resultado fue el mismo. Su equipo se desmoronaba.

Se cumplían ocho minutos y Lucas ya había cometido dos faltas sobre Cristiano, que lo buscaba con insistencia, con más movilidad que nunca en ataque. De una falta evitable del improvisado lateral llegó el primer gol. Dio paso a balones colgados desde los costados y en segunda jugada al centro con balón mordido de Casemiro, que encontró la cabeza de Cristiano adelantándose a Savic. Tras sus cinco tantos al Bayern y abrió la semifinal a los nueve minutos. Y terminó siendo decisivo con otros dos goles más...

Eran minutos claves en la eliminatoria. Con los de Zidane lanzados por el segundo y el Atlético buscando soluciones. Era un derbi más abierto de lo habitual y con un protagonista que nunca falta a la cita, Oblak se lucía a un testarazo de Varane tras córner de Kroos. Isco también probaba al esloveno. El Bernabéu era una olla a presión disfrutando de un equipo que se transforma en competición europea.

Necesitaba generar una acción de peligro el Atlético para levantarse. Le llegó en un gran pase de Koke al espacio al desmarque de Gameiro. La rapidez de Keylor Navas en su salida fue clave para evitar el empate. El francés intentó regatearlo en vano.

El duelo de estilos era grandioso. Avanzaba entre los nervios de Lucas cada vez que lo encaraban, el criterio de Griezmann en cada acción y las llegadas aisladas madridistas. Si el Atlético quería estar en Cardiff tenía que demostrar más. Arriesgó Simeone y fue a por el partido tras el descanso. Asumía el riesgo de darle metros para correr al Real Madrid, aunque no plasmaba en ocasiones el dominio. Las faltas afeaban el espectáculo. Con los atléticos pidiendo la roja a Isco por una entrada abajo a Koke, Keylor fue un espectador.

Benzema tuvo su momento a los 73 minutos para buscar a Cristiano que exhibió su cara de matador. Control y derechazo a la red. Golpe clave a la semifinal. No era el último, con el Bernabéu en ebullición llegó el momento de Lucas Vázquez. Desbordó y asistió para que Cristiano cerrase una nueva noche mágica con un triplete que pone al Real Madrid a un paso de la final, del sueño de ser el primer equipo que reedita título, y al Atlético al borde del cuarto disgusto consecutivo europeo ante su eterno rival. Otra vez más.

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