Sevilla f.c.

El lento giro hacia la calidad

  • Emery asienta al Sevilla cuarto dándole la manija a Banega y continuidad a un Reyes muy implicado La maduración del equipo, de la mano de los veteranos

El Sevilla terminará la jornada 15 como cuarto clasificado. Si vence al Eibar, además, se asegurará terminar 2014 en esa ansiada posición gracias al colchón de cuatro puntos que le ha ganado al Valencia y pese a que embocará las vacaciones de Navidad con un partido menos por el aplazamiento del choque en el Santiago Bernabéu. Unai Emery, con tres derrotas en 14 jornadas (Calderón, San Mamés y Camp Nou), continúa madurando su equipo desde una plantilla nuevamente renovada y, mientras tanto, tiene a su equipo por encima del listón puesto desde el club. En esa construcción, el técnico ha dado un nuevo pasito, el del giro hacia la calidad, tras la apuesta inicial por la solidez.

Emery parece que tiene fresca la experiencia del curso pasado, cuando comenzó el nuevo proyecto con un equipo alegre pero de débil estructura. El debate sobre la posición retrasada de Rakitic fue crudísimo. Este curso ha preferido ir cimentando el bloque desde abajo, con gente joven y fresca, para rematarlo con los veteranos (Banega sólo tiene 26 años) cuando ha visto que necesitaba dar otro paso más. Vallecas fue un buen ejemplo. Allí exhibió, posiblemente, su once más ofensivo. "Nuestra idea, hablada y trabajada, era la de añadir calidad y precisión en los últimos metros para desequilibrar el partido, y en ciertas fases lo hemos conseguido, pero en general nos hemos visto obligados a centrarnos en el esfuerzo y la concentración", explicó ayer Emery en su blog personal.

La irrupción de Éver Banega y Reyes, dos futbolistas que parecían fuera de la onda en el buen arranque, evidencian esa lógica evolución hacia la calidad. De entrada, con once caras nuevas en la plantilla, Emery perfirió no arriesgar y solidificó la nueva estructura de equipo apostando por futbolistas más hechos para el trabajo sordo. La ausencia de Banega y Reyes en el inicio encaja con la idea de solidificación del Sevilla ante un proyecto renovado. Y también con la psicología de un técnico que ha sabido manejar la presión externa y la motivación de sus jugadores para darles la alternativa a sus dos hombres de más calidad y experiencia cuando ha creído oportuno, ni antes ni después.

Banega no fue titular hasta la quinta jornada, cuando ya desde muchas tribunas veían en él un fracaso de la planificación. Esa misma fecha, ante la Real Sociedad, disfrutó Reyes de su primera titularidad. Denis Suárez y Aleix Vidal eran intocables hasta entonces. El argentino volvió al equipo inicial en la jornada 7, ante el Deportivo, y no no lo hizo de nuevo hasta la undécima. Los fracasos ante Levante y Barça no amedentraron a Emery, que siguió dándole la manija a Banega ante Granada y en Vallecas, donde el sacrificado fue Deulofeu, al que no logra enganchar. Reyes tuvo que brillar como revulsivo frente al equipo de Caparrós para que Emery se entregara a él. La implicación del utrerano, en un año muy especial para él, ha sido determinante para que recupere la confianza de su técnico. Y el panorama, con Banega y Reyes enganchados y desde el cuarto puesto, se ilumina al son de ese lento giro hacia la calidad.

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