Grupo Begar Léon | CAJASOL · la previa

El que pierda se quema

  • Desafío Los sevillanos pelearán en León por un triunfo vital ante un rival directo Actitud El equipo deberá ponerse el mono de trabajo en defensa como ya hizo ante el Iurbentia

Otra final más. Quizá pueda parecer reiterativo, pero es que cada partido del Cajasol de aquí en adelante será una final, carácter que toma más fuerza si cabe cuando el equipo que estará enfrente es un rival directo en la lucha por la permanencia como el Grupo Begar León, que tiene en este encuentro el último clavo con el que agarrarse a la ACB.

Después de tanto jugar con fuego, el que pierda se quema, y desde hace tiempo la fecha de hoy está marcada en rojo en el calendario de los dos. El palo que supuso la derrota en Fuenlabrada y el inesperado tropiezo ante el Gran Canaria en casa cambiaron los números planteados por los sevillanos en su camino hacia la salvación. Por fortuna, los de Comas reaccionaron la jornada pasada ante el Iurbentia, todo un respiro de tranquilidad antes del duelo suicida contra el conjunto de Gustavo Aranzana, que, en el alambre, no se puede permitir el lujo de pinchar en su cancha contra la tropa de Comas.

En las quinielas hay signos para todos los gustos. La necesidad de ambos es máxima, pero los locales sólo han ganado cuatro de los 11 partidos disputados en el Pabellón Municipal de los Deportes -suman cinco victorias en toda la Liga-. Claro que el Cajasol sólo cuenta con un triunfo a domicilio en su casillero, por lo que la teórica debilidad leonesa no es un factor tan decisivo. Fue en Gerona, ante el Akasvayu, en el estreno de Comas en el banquillo cajista. Ahora no podría ser mejor momento para lograr la segunda, ya que una victoria significaría, prácticamente, desahuciar al León. Cifraría su continuidad en la ACB en cuatro victorias (con el basket-average) de diferencia con sólo 11 encuentros por jugarse. Ésa es una de las metas del Cajasol: quitarse un rival de encima -o al menos alejarlo considerablemente- y dar un paso de gigante hacia su propia supervivencia. Con todo, no hay que olvidar que una derrota dejaría a los sevillanos al borde del abismo.

El Grupo Begar se la juega, y eso lo saben los técnicos, la afición y sus jugadores, que saldrán con el cuchillo entre los dientes con un pabellón que presionará mucho. El Caja debe por tanto jugar el partido con cabeza y, sobre todo, actitud. El papel de los pívots será vital, pues los leoneses basan su juego en la fortaleza de Hughes en la pintura y en la inspiración de Bulfoni en el perímetro. Neutralizar estas dos armas bien puede valer el partido. Para ello los de Comas necesitarán esa concentración y garra tan intermitente a lo largo de la temporada como determinante en cada triunfo, ya que cuando se lucha por no descender hacen falta más cosas que los laureados currículums y los extensos palmarés de un grupo que todavía no se ha adaptado a verse en el sótano de la clasificación, pese a rondarlo desde el principio del curso.

En lo deportivo, Aranzana ha asegurado sobre las últimas incorporaciones que "Jackson ya se encuentra en plenitud de condiciones, tanto físicas como tácticas", mientras que el pívot croata Bruno Sundov "cada vez está mejor y ya está en situación de aportar más cosas". Sin embargo, Nacho Yáñez, que sigue sin entrenarse con sus compañeros recuperándose de su lumbofialtalgia, será la única baja del cuadro local, mientras que el base Juanjo Bernabé, que no ha trabajado con el grupo en los últimos dos días por unas molestias en la región lumbar, sí estará disponible, aunque llegará muy justo al encuentro.

Por su parte, Manel Comas podrá contar ya casi al cien por cien con Bennett y Miso, superados sus respectivos problemas físicos, en un plantel que se ha quedado con diez efectivos tras la cesión de Bustamante al Ciudad de Huelva esta misma semana. El canterano no contaba, y al menos así seguirá fogueándose en una categoría en la que disfrutará de más minutos.

Atención especial merecerá el duelo de anotadores Bulfoni-Ellis, ya que cualquiera de los dos puede tener la llave del triunfo. Por fortuna para los visitantes, el norteamericano con pasaporte georgiano ha vuelto a su mejor nivel. Otra vez tiene el punto de mira ajustado desde la línea de tres y es un motivo más para confiar en el equipo, siempre y cuando todo el grupo se ponga el mono de trabajo en defensa. Si se repite el esperpento exhibido ante el Gran Canaria, en la primera parte todo estará visto para sentencia. Si el Caja, por contra, le da por bajar a la mina, como decía Comas tras el choque con el Ricoh Manresa, llegará al final con opciones, pues es de esperar -como es habitual- la pájara del tercer cuarto a la que parece abonado para darle emoción al partido.

Sin duda, ahora es el momento de apretar el acelerador y tomar carrerilla, porque afrontar el tramo final con la soga al cuello aún llevaría a pensar más en el hara-kiri que en otra cosa. El Cajasol lo mismo da una de cal que otra de arena, independientemente del rival de turno, de forma que llegar salvado al final evitaría alguna que otra taquicardia a los seguidores cajistas, abonados al sufrimiento en los último años y ávidos de alguna alegría. Tal y como están las cosas, ganar en León serviría.

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