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La quinta velocidad era un imposible

  • El esfuerzo de Getafe, el último pase que suele dar Salva Sevilla, la explosividad que aporta Emana... demasiadas trabas al líder

El competitivo y alegre Betis que tomó Getafe se encasquilló en Huesca, un desplazamiento de Segunda con todas las de la ley, ante un rival que se iba a dejar el hígado en cada choque y que, además, aguardaba fresquito y mentalizado, mientras que el líder saltaba con plomo en las piernas y también con la distracción del Barça. Si faltan Salva Sevilla o Emana, se puede paliar; pero si además coinciden varias piezas básicas en el parte de bajas, malo.

Defensa

Arzu sustituyó al lesionado Dorado como central perfilado hacia la izquierda. Su experiencia le dio para anticiparse y sujetar al corpulento ariete Roberto, que no es un virtuoso con la pelota. El riesgo llegó por otras vías: el Huesca apeló al pelotazo al referido Roberto, que los perdía casi siempre, pero cuando el Betis trataba de iniciar sus ataques, los azulgrana se lanzaban con muchas piezas a una organizada presión que incomodó mucho a los verdiblancos. Ahí apareció Camacho entre líneas. Él sí jugó con movilidad y supo ver que el hueco de la zaga estaba a la espalda de Nacho.

Mel arriesgó con la entrada de Ezequiel por el cansado Beñat, ya que Onésimo no prescindió de sus piezas ofensivas y, sin el joven medio vasco, el Betis se destapó más por dentro. Pero el entrenador madrileño, viendo que el cansancio hacía mella y que el punto empezaba a peligrar, optó por meter al final a Fernando Vega, adelantar a Nacho y no correr más riesgos.

Ataque

Como el depósito de gasolina bético no estaba ni mucho menos lleno, el Huesca impuso su fútbol de choques, enseñando tacos. Faltó chispa en las transiciones defensa-ataque, y el control sólo rompió líneas en el primer cuarto del pulso, hasta que Beñat -que ya de por sí tiene un físico algo limitado- acusó el esfuerzo intersemanal. Con todo, Rubén Castro echó de menos el apoyo desde atrás, en triangulaciones de alguien que irrumpiera -Emana inspirado- o en pases a la espalda de la zaga, como tan bien suele hacer Salva Sevilla.

Jorge Molina siguió moviéndose con muchísimo sentido, alternando con Rubén Castro para ser el jugador más adelantado y conectar con los que se incorporan desde atrás, pero la falta de dinamismo colectivo, y el orden local, evitó que esta vez fuera peligrosa esa conexión. Israel, por su parte, sólo hizo daño al comienzo de la segunda parte, por la izquierda. En la derecha se diluyó.

virtudes

Aun mermado, competitivo.

talón de aquiles

Jugó sin quinta velocidad.

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