Se acabaron las pruebas. El próximo encuentro del Betis Energía Plus será ya de verdad, el debut liguero ante el Estudiantes el próximo sábado en Madrid (19:00) y el último amistoso ante el Unicaja evidenciaron tanto evidentes problemas como aspectos esperanzadores.

Después de una buena primera parte, en la que el conjunto de Zan Tabak le compitió al de Joan Plaza, el equipo sevillano se derrumbó en el segundo tiempo. La clásica pájara del tercer cuarto que acompañó al conjunto hispalense durante años no es sólo un mal del pasado. Más allá de supersticiones, lo cierto es que el conjunto verdiblanco se ha mostrado irregular en esta pretemporada, incapaz de ser consistente los 40 minutos en varios partidos. Ante el Andorra, por ejemplo, el cuadro andaluz se puso hasta nueve puntos por encima en el marcador al inicio del último cuarto, pero el rival fue capaz de reaccionar de la mano del alero David Walker para ganar por 71-77, con un 17-28 en los últimos 10 minutos.

La falta de consistencia se repitió en el triunfo (el único) ante un rival ACB como el Fuenlabrada. El Betis Energía Plus ganó por 65-73, pero dejó que los madrileños se metieran en el choque a sólo siete puntos y desperdiciando algún ataque para reducir una desventaja que llegó a ser de 19 puntos.

El domingo, en Benahavís, el Unicaja le endosó a los de Tabak un parcial demoledor de 21-4 que dejó la Copa de Andalucía vista para sentencia en el tercer cuarto, por lo que el entrenador croata tendrá que trabajar estos días para que sus pupilos mantengan el nivel de consistencia y concentración con mayor regularidad.

Una incógnita no resuelta en este periodo de preparación está en la dirección. Chery se estrena en una liga competitiva y cuando la pretemporada ha estado más rodada y ante rivales de entidad se lo ha visto falto de confianza. Por su parte, a Radicevic le faltan minutos, choques y partidos para volver al punto de hace dos temporadas. Lo que tarde en alcanzar ese nivel será tiempo que, si el base canadiense no da un paso adelante, pierda el equipo.

Otra duda surge por dentro. Triguero asume su rol suplente con una media de 5-6 puntos y tres rebotes. Zoric, con los galones que le dan el técnico y su historial, debe ser más determinante en este Betis Energía Plus y que sus números sumen más al colectivo que al brillo personal de sus estadísticas. Además, Milosevic sigue con su lenta adaptación y Nachbar, pese al mal partido ante el Unicaja, se vislumbra como uno de los referentes ofensivos en el cuarteto de los interiores, aunque sus puntos vengan más desde el perímetro.

Las lesiones han sido otro de los lunares negros en la preparación. Triguero tuvo que parar 10 días; Alfonso Sánchez, aunque se entrena, se ha perdido los últimos amistosos por precaución por problemas en su mano derecha; y a Marc García no se lo espera hasta finales de octubre por un esguince de rodilla.

Por otra parte, cabe destacar la buena defensa realizada por momentos. Al menos hasta esos bajones citados. El Fuenlabrada no alcanzó en ningún cuarto la veintena de puntos y el Andorra sólo en el último (28), cuando le dio la vuelta al encuentro. La agresividad (bien entendida) atrás es uno de los rasgos del equipo de Tabak y los jugadores parece que van asimilando lo que quiere el técnico. En ataque destaca el juego exterior, variado y con alternativas. Desde el tiro exterior de Chery o Stojanovski, que tiene una semana para hacerse con los sistemas del técnico, hasta la polivalencia de un Lockett que por fin demostró por qué es una piedra angular para Tabak. También puede sumar un Domen Lorbek que en su primer partido dejó buenas sensaciones. Viene para un mes, pero quién sabe si demuestra en este tiempo se destapa y convence a Tabak para que apriete a la directiva en lugar del canterano Cizmic.