Elche-betis· previa

A ver si sin ser favorito...

  • El Betis, con el equipo cada vez más imbuido de la situación de descomposición que vive el club, se mide al imbatible Elche de Bordalás. Tapia maneja la duda de Melli o Rivas en un once con un mediocampo nuevo.

Por enésima vez llega el Betis a su partido tras una semana agitada. En un club como el que tan desmañadamente maneja Manuel Ruiz de Lopera se hace imposible la normalidad. Vivir siete días sin noticias extradeportivas, ya sean sociales o judiciales, es algo impensable en este Betis que se desangra y cuyas gotas, lógicamente, están manchando irremisiblemente a un equipo, el que dirige Antonio Tapia, al que le es imposible aislarse por completo del apestoso mundo que le rodea.

Arribó el Betis a este palmeral de la costa alicantina con el amargo recuerdo aún de esa veintena de hinchas descerebrados que interrumpieron, bengala en mano, su trabajo en la ciudad deportiva el pasado miércoles. Para más desazón, se encuentran los profesionales que defienden la causa verdiblanca con la realidad de que el club, del que hay que dudar que exista como tal, está más preocupado en recurrir pelillerías en los juzgados que en condenar públicamente el indigno comportamiento de esos aficionados, socios algunos de la entidad, y actuar contra ellos con el máximo rigor posible.

Esa situación de desamparo que vive el club va calando por ósmosis en el equipo y pese a que el mismo apenas ha consumido un cuarto de Liga el ascenso, aunque sea lo que menos importa hoy al aficionado, se ve como un objetivo tan lejano que da miedo.

Inmerso en ese ambiente tan mortecino visita el Betis al Elche, un igual que tiene ya un punto más pero que presenta unos números en las seis últimas jornadas que ya quisiera el más enflorado de la categoría. Coincidió su buena racha con el aterrizaje en el banquillo de Pepe Bordalás y en ese tiempo los ilicitanos han sumado 14 de los 18 puntos en disputa. Sólo 4 habían cosechado en idéntico número de partidos con Claudio Barragán al mando. Ni el líder Cartagena que dirige Juan Ignacio Martínez, primo hermano de Bordalás, con 11 puntos en este período, presenta la cuenta de resultados que exhibe este alicantino milagroso. Tres victorias consecutivas frente a Rayo, Irún y Castellón, equipos a los que no logró derrotar el Betis, dan más realce aún al brillante caminar de los franjiverdes.

Aun así, pese a que se ignoren los motivos, desde todas las trincheras se sigue dando al Betis como candidato al ascenso. Nadie duda aún del potencial de los verdiblancos y el mundo del fútbol de esta categoría de plata coincide de forma casi unánime en un juicio que debería haber cambiado. Pero si, dicen, el Betis es uno de los favoritos a dejar esta Segunda División, a nadie debe caberle la duda de que el Elche tiene más papeletas para hacerse con los tres puntos.

Bajas verdiblancas y efectos secundarios de esa minigripe que han sufrido los ilicitanos al margen, el Elche es hoy un equipo que sabe perfectamente a qué juega y el Betis anda sumido en esa fase de indefinición a la que le condujeron las ausencias casi a la par de Juanma y Nacho. Quizá ése sea un punto hoy a favor del cuadro de Tapia. Sin la presión de su grada en lo alto y ante un equipo que no sólo podrá vivir de la especulación, el partido puede parecerse al de la vecina Alicante o a los de Vallecas y Albacete, lugares en los que el Betis, al menos, dio la cara y compitió.

Si Bordalás ha recuperado a casi toda su tropa, Tapia asoma con Mehmet Aurelio y Nacho aún algo oxidados como novedades y un eje central nuevo en el que Arzu aportará criterio con el balón y Sunny trabajo, mucho trabajo, pero sólo trabajo. Con Juanma ya más rodado y un Rodri cada día más hambriento, Sergio García y Pavone deben resucitar para que el Betis, por delante del balón dé nuevamente la imagen poderosa de aquella época ya prístina y casi veraniega.

No necesitará el equipo bético, aquí a orillas del Vinalopó, un racimo de ocasiones para golear. Si de algo puede presumir el equipo de Tapia es de acierto, de pegada, por mucho que en sus últimas citas se haya resentido algo su puntería. El problema es que cerca de su portería se amontonan las dudas y los problemas, con un Nelson despistado y un Fernando Vega que no acaba de arrancar en los laterales y una pareja de centrales, la que forme el impetuoso Carlos García con Melli o Rivas, que da hasta miedo. Sólo Goitia, si se atiende a su última cita, sólo a la librada el domingo pasado ante el Celta, ofrece ciertas garantías en la retaguardia. Aunque como el balón sobrevuele su meta…

Rezan además los ábacos antiguos que ya no pueden moverse que el Martínez Valero, otrora Altabix, no es plaza de buen gusto para el Betis. Apenas ganó 3 de 18 citas, aunque empató mucho (8), entre otras las tres últimas veces que rindió visita. ¡Conque hoy debe ganar el Betis aunque no le toque y el favorito, por fin, sea el otro! Porque las consecuencias de otro mal resultado...

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