Kenny Chery. Jugador del Betis E. Plus

"No vine más que para ganar"

  • El nuevo base destaca de sí mismo su carácter 'matador' y coincide en ambición con el técnico, Zan Tabak.

Originario de Montreal (Canadá), Kenny Chery, 24 años, nuevo base del Betis, habla fluidamente francés, criollo de Haití, inglés y el idioma del deporte. Llega de jugar una brillante campaña en la Liga húngara tras dos temporadas en la NCAA en las que destacó por su capacidad anotadora pese a su 1,80.

-Antes de su llegada, el entrenador, Zan Tabak, declaró que consideraba vital el puesto de base. Todos esperan mucho de usted.

-Es un desafío, sin duda. El entrenador espera mucho de mí, habla mucho conmigo y con Niko (Radicevic). Está muy encima de nosotros. Es un técnico intenso y agresivo. Me gustan los desafíos. Se está centrando en darme instrucciones sobre cuestiones defensivas.

-¿Y qué tal ha sido la llegada a Sevilla y al club?

-Algo calurosa, pero me gusta el calor. He dado algún paseo por la ciudad y me ha gustado lo que he visto: la gente es amable, se saluda por la calle... Y el equipo es maravilloso. Son buenos compañeros, buenos capitanes y buenos técnicos. Cuando llegas al entrenamiento todo el mundo sonríe, algo que motiva, claro. Aquí todo el mundo se ayuda.

-¿Cómo está encontrándose a la plantilla en pretemporada?

-Lo que estoy percibiendo es que mejoramos mucho cada día. También noto que tenemos mucho potencial en defensa. Y que podemos ser un equipo muy veloz. Al no tener demasiada gente grande, la rapidez es la virtud.

-¿No cree que falta algo de músculo en la zona?

-Yo no lo veo así. Creo que sí hay músculo suficiente para rebotear, anotar, intimidar... Estoy contento con nuestros interiores.

-¿Se siente identificado con calificativos que le han dedicado como listo, anotador, con carácter y personalidad?

-Sí, me siento identificado, pero si tuviera que definirme en pocas palabras diría que soy un base implacable, muy seguido, que no da tregua... Y un matador. Cuando salgo a la cancha, no tengo miedo de nada ni de nadie, hago lo que tengo que hacer: competir y ganar.

-La temporada pasada jugó en el Alba Fehervar húngaro, donde completó una notable actuación.

-Fue una gran campaña, sí. Jugué con muy buenos jugadores y un gran entrenador. Aprendí mucho. Era la primera vez que estaba en Europa y la gente no me dejó nunca solo para hacer más llevadera mi llegada.

-Venía de jugar en la liga universitaria estadounidense. ¿Le resultó difícil el salto a Europa?

-Fue un cambio grande, sin duda, pero tuve la suerte de contar con el respaldo de los compañeros, que me ayudaron mucho.

-En la Liga húngara coincidió con Milosevic, otra nueva cara en la plantilla. ¿Cómo definiría al ala-pívot del equipo?

-Es muy competitivo. Va a darlo todo, de eso podemos estar seguros, por él y por los compañeros. Tiene una mentalidad ganadora.

-A la Liga húngara recaló procedente de la Universidad de Baylor (Texas), donde realizó dos muy buenas temporadas.

-No exagero si digo que mis dos temporadas allí han sido los dos años más importantes de mi vida. Estar en Baylor cambió mi vida. En el plano personal fue una revelación. Allí me introdujeron a Dios. Antes de llegar no lo tenía tan presente y ahora soy muy religoso.

-Baylor es una universidad bautista y, antes, había estado en un instituto católico. Parece que la presencia de Dios ha sido importante en su vida.

-Desde luego. Dios es lo más importante. Cuando era joven rezaba e iba a misa, pero hasta que no llegúe a Baylor no me encontré verdaderamente con Dios. Es otro nivel. Ahora siento a Dios cerca de mí. Antes de cada partido, rezo por mis compañeros, para que no tengan ninguna lesión; por la gente que va al pabellón, para que no suceda nada; por mis amigos, por mi familia, por mi madre y por los entrenadores. El resultado no es al final lo importante, sino el esfuerzo que se está haciendo por Dios.

-En Sevilla encontrará una gran variedad de templos para ir a misa. Y está la Semana Santa...

-Sí, sí, estoy deseando ver todo eso y participar de la vida religiosa de la ciudad, sin duda.

-Le habrán hablado de la gran tradición futbolística de Sevilla.

-He oído de la gran rivalidad entre los dos equipos de la ciudad y que es un acontecimiento. Solía jugar al fúbtol. Quiero disfrutar de todas las cosas que pueda ofrecerme la ciudad, también del fútbol.

-¿Qué conocía del club antes de llegar?

-No mucho. Sí que dos jugadores que están en la NBA, Porzingis y Hernangómez, habían jugado aquí.

-¿Jugar aquí podría servirle de puente para ir a la NBA?

-Definitivamente. Ésta es una gran Liga. Si hago bien las cosas, seguro que alguien se fijará en mí.

-¿Qué objetivos se marca?

-Personalmente, hacer bien el trabajo. Hacer mejorar el juego del equipo y, por descontado, ganar. No he venido a otra cosa que ganar. El entrenador lo recalca: ganar, ganar y ganar.

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