Nico Pareja. Defensa del Sevilla F.C.

"Todos se han volcado conmigo; será eterno el agradecimiento"

  • Nico Pareja vivió la cara amarga del fútbol con una importante lesión en San Petersburgo, de la que se recupera de forma satisfactoria. "Algo así nunca es bueno; yo estaba en el mejor momento de mi carrera", insiste.

Ha cruzado el ecuador de la recuperación de su lesión y ya tiene en mente regresar a un campo de fútbol. Nico Pareja (Buenos Aires, 19-01-1984) no olvida ese 23 de abril de 2015, cuando el Sevilla disputaba las semifinales de la Liga Europa ante el Zenit y en un salto, luchando por un balón con Salomón Rondón en San Petesburgo, cayó lesionado.

-¿En qué momento se encuentra ahora mismo?

-Llevo casi cuatro meses de recuperación. Con ganas de entrenar ya, con ansiedad, pero hay que ir poco a poco. Llevo un poco más de la mitad de lo que se espera para este tipo de lesiones. La rodilla evoluciona muy bien, que es lo más importante.

-¿Se ha marcado algún plazo para regresar o alguna fecha aproximada?

-No me he puesto plazo porque sé que por ahí comenzaría mi ansiedad. Con mis ganas podría recortar algo de tiempo y sé que no sería bueno. Trato de llevarlo con paciencia y tranquilidad. Quiero volver bien.

-¿Recuerda ese momento?

-Para mí es inolvidable, en Rusia me tenía que pasar. Ese estadio no se me da nada bien, entre partidos jugados con el Spartak y la lesión, no me fue del todo bien allí. Lo recuerdo como un día triste porque me cambió un poco la vida. Profesionalmente y personalmente era un muy buen momento. Evidentemente una lesión nunca es buena, pero ésta llegó en el mejor momento de mi carrera. Fue un día muy triste, pero lo más importante es mirar hacia delante.

-Incluso las sensaciones...

-Tengo todas las sensaciones en la memoria, no las voy a olvidar jamás. Hay que dejarlas de lado y pensar en lo bueno.

-Ésta es una lesión ya habitual entre los futbolistas, ¿no?

-Esta lesión es mucho más común que hace algunos años. Es una lesión grave, sí, pero la tienen muchos futbolistas; hay que tomárselo así.

-¿Qué tipo de trabajo está haciendo ahora mismo?

-Hace una semana empecé a correr. Y cada vez estoy corriendo más, haciendo trabajos de fuerza desde hace mucho tiempo, trabajos de estabilidad... Hay que reeducar de nuevo la rodilla.

-¿Cuál es la siguiente fase de su recuperación?

-Hay que correr cada vez más hasta llegar a la normalidad en la carrera. Luego, lo que es el contacto y el trabajo con el balón, será otra cosa. Hay que tratar de que la rodilla pueda hacer todos los movimientos para encarar la última fase, que podría decir que es como una mini pretemporada.

-Hace poco tuvo la revisión, ¿qué le dijo el doctor?

-Que va muy bien, que no me apure. -¿Y usted se apura?

-No, no. Voy mentalizado de que por más que la rodilla esté muy bien, el doctor Cugat, quien me operó, me dice que no apure. Pero cuando ves la rodilla tan bien, tienes ganas de ir haciendo más cosas, pero hay que respetar los plazos para evitar cualquier otro problema. Lo tengo bien metido en la cabeza y lo tomo con la profesionalidad que requiere y con la experiencia que me dio el fútbol. Tengo claros los pasos y que no hay que acelerar para nada.

-¿Cuál es el proceso?

-El ligamento tiene que volver a ser elástico y adaptarse a la rodilla y la pierna. Porque estuve un mes inmovilizado, sin poder caminar normal... Todo lo que requiere una intervención de este estilo.

-¿Ha tenido algún bajón anímico, algún momento en que pensara que no iba a volver a jugar al fútbol?

-Eso nunca. Sí que tienes momentos que estás más bajos que otros, pero por diferentes situaciones. Nada de volver a jugar rápido, las ganas de que esto no hubiera pasado... Estaba en un momento personal bueno, con una semifinal y final de Copa y el momento de progresar en todos los sentidos. Entonces, hay diferentes situaciones que te entristecen o te duelen un poco. Pero bueno, ahí esta la fuerza de cada uno.

-¿La edad lo afecta?

-¿En qué sentido?

-Quizás piensa que habiéndose lesionado con 31 años le ha pillado tarde...

-No, eso lo piensan todos los demás. Yo lo tengo claro, sé quién soy, cómo soy, y sé lo que voy a trabajar para volver. La edad me da más experiencia para no cometer errores de cuando eres joven. Pero respecto a las ganas y el físico, aunque muchos piensen que no, me siento muy bien y con muchas ganas. De hecho, físicamente me siento cada vez mejor a pesar de que para volver a como estaba falta todavía bastante, pero la edad no me cambia.

-Acabó el mercado de fichajes y usted se quedó fuera de la lista de la Liga de Campeones en favor de Cristóforo, ¿cómo le sentó eso?

-La verdad que por él muy contento, se lo merece. Por mí, son decisiones que prefiero no comentarlas. Son resoluciones que hay que tomar y por más que uno piense en que uno se va a recuperar, hay que pensar en el bien del equipo. Sí, duele mucho estar fuera del equipo después del esfuerzo que hicimos el año pasado para estar en la Champions, pero desgraciadamente esta lesión no me deja estar. Duele la decisión, pero esto es fútbol y hay que mirar adelante.

-Estará deseando que sus compañeros pasen a la siguiente ronda para poder jugar...

-Sí, les meto caña para que pasen y a ver si por lo menos en la próxima fase puedo estar.

-Porque se supone que en enero estará listo, pese a no haberse puesto plazo.

-Si Dios quiere, estaré listo para esa época. Confío en que el equipo lo deje todo, como hace siempre, porque tenemos un gran grupo y a ver si podemos pasar de ronda y yo disfrutar de la Champions un año más.

-¿Cómo vivió el sorteo? Un grupo muy duro, ¿verdad?

-Esto es la Liga de Campeones. Aquí no hay rival fácil, no existe. Es la lid del fútbol. Hemos trabajado mucho para estar ahí y no podemos quejarnos si nos ha tocado un grupo malo o bueno. Son tres grandes rivales, fortísimos, de primer nivel, y nos probaremos para ver realmente en qué nivel estamos.

-Volviendo a Cristóforo, ¿su evolución le ha servido de ejemplo o le ha dado ánimos ver que se ha recuperado?

-Es diferente. Obviamente sirve de ánimo que se haya recuperado, pero me fijo en él como persona. Está feliz de volver a jugar al fútbol. Ahora el que me calma y me da ánimos cuando estoy un poco de bajón es él, porque es él que pasó por esto recientemente. Sabe cómo funciona y es el único que puede medianamente entender lo que estoy pasando.

-¿Quién lo ha animado más en este periodo?

-Principalmente mi mujer y mis hijas. Son mi sostén diario, no me dejan caer. Mi familia desde Argentina, mis amigos, los que más me conocen, y los que están en los buenos momentos y en los malos. Los compañeros, para quienes no tengo más que palabras de agradecimiento. Desde San Petersburgo han estado conmigo, no me han dejado caer ni un segundo. Cuando veían que bajaba la guardia se han preocupado de levantármela. No voy a poder terminar de agradecérselo nunca. Son una familia para mí y eso no se encuentra en cualquier lado. También en la afición, que se ha volcado completamente conmigo. Es algo increíble. No se imaginan lo que produce en mí, una alegría y un orgullo. No lo olvidaré nunca y nunca voy a poder devolvérselo por más años, más partidos o más títulos que podamos conseguir. Y también todo el Sevilla. Creo que todo el club se ha volcado conmigo desde el momento de la lesión.

-La afición lo habrá apoyado desde las redes sociales, ¿no?

-Desde las redes sociales, en el partido posterior a la lesión, en la calle... El cariño es inmenso y el agradecimiento va a ser eterno.

-Junto al sacrificio diario habrá un sufrimiento paralelo por ver al equipo desde fuera, ¿cómo vive los partidos?

-Los partidos los vivo con muchísimo nerviosismo. Para los que están acostumbrados a jugar, el vivirlo desde fuera es durísimo. Si dos o tres partidos es duro, imagínese estar fuera durante siete meses. Se hace duro, sí, pero ya voy por cuatro y me adapté un poco y lo vivo con más tranquilidad. Pero siempre lo vivo con mucha ansiedad.

-Además no partidos cualquiera, hablamos de finales incluso...

-Todos. Partidos importantes como el del domingo pasado, la Champions que empezará ahora... Son momentos que, tras un año tan importante como fue el anterior, esperaba poder vivirlos desde el campo, pero esta lesión, aparte de lo que significa físicamente, moralmente lastima. Pero hay que estar fuertes y sabiendo que en breve, si Dios quiere, estaré ahí.

-¿Cómo vivió la final de Varsovia?

-Casi me caigo seis veces con las muletas. Si en un partido normal estaba nervioso, en la final era demasiado. Me quería tirar de cabeza al campo. La viví con mucho nerviosismo pero estaba completamente convencido de que íbamos a ganar. Teníamos un equipazo y lo demostramos, fuimos justos campeones. A pesar de que el Dnipro hizo una gran final, fuimos superiores y lo pudimos plasmar con la victoria.

-Y en Tiflis también hubo una montaña rusa de sensaciones, ¿no?

-No pude estar porque el viaje era demasiado largo y no era bueno para la rodilla. Vivirlo de lejos es más duro que verlo en persona. Fue un partido de locos. Tras hacer un esfuerzo titánico y remontar un 4-1 contra el mejor equipo del mundo, que se te vaya al final duele. Pero cada uno de los aficionados tiene que estar más que orgulloso de lo que se hizo.

-Pero eso queda algo lejos y ahora llega el Atlético de Madrid y deja una sensación diferente. El 0-3 fue un palo duro, ¿verdad?

-Sí porque fue un mal resultado en casa. El Atlético sabemos que rocoso, fuerte, que no deja espacios y que aprovecha sus oportunidades; de muy poco sacan muchísimo. Tienen una eficacia impresionante. Hicimos un buen partido, pero no pudimos ganar.

-Como zaguero, ¿analiza los errores que pueda haber en la estructura de la defensa?

-Es difícil valorar desde fuera. Cuando uno no juega no debe hacer valoraciones más allá de lo que pueda trasmitir a un compañero personalmente. No me gusta opinar cuando no juego. Lo único que puedo decir es que tenemos una gran defensa y todo el equipo tiene un gran sistema defensivo, que es en lo que se basan los éxitos de estos últimos años. Creo que los nuevos jugadores se irán acoplando.

-Diez futbolistas nuevos, ¿no le parece que el Sevilla está condenado a reinventarse cada año?

-Hay que hacerlo. Lo marca el mercado, el fútbol y los éxitos. Cuando un equipo es exitoso es normal que muchos equipos se fijen en sus jugadores, entonces si hay salidas y tienen que haber llegadas.

-La idea de familia que siempre ha trasmitido el vestuario, ¿se puede mantener con tanta cara nueva?

-Sí, pero hay que hacer una base fuerte con el cuerpo técnico y los que estamos de años anteriores. A partir de ahí, debemos inculcar ese sentimiento de familia a los nuevos para que adopten la idiosincrasia del equipo y, pese a los numerosos cambios, mantengamos siempre las mismas señas de identidad.

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