Aerolíneas españolas: 41 cierres en 20 años
El de Air Comet es sólo el último caso de una larga secuencia que no parece escarmentar a los empresarios
El cierre de Air Comet se suma a las continuas apariciones y desapariciones de empresas registradas en la aviación española, que suma 41 cierres en los últimos 20 años. Aunque tanto Air Comet, en la actualidad, como Air Madrid, en 2006, han sido los protagonistas recientes de estos cierres por la trascendencia que han tenido al coincidir con la Navidad. Otras compañías se mantienen en España recurriendo a la reducción de trayectos, al uso de aviones de menor capacidad o fusionándose, como es el caso de Vueling y Clickair, pero eso no evita que vuelvan a anunciarse intentos de creación de aerolíneas, como los comunicados desde Galicia y el País Vasco.
Históricamente, el primer cierre lo protagonizó Spantax, que tenía su sede en Palma de Mallorca y nació como una operadora de vuelos, pasando más tarde a los trayectos regulares. Funcionó entre 1959 y 1988. Otra compañía con sede en la capital balear fue Hispania, dedicada a vuelos chárter desde el archipiélago a diferentes destinos europeos, y que, fundada en 1982, dejó de operar en julio de 1989.
La mayor explosión de debuts y cierres se registra entre 1990 y 2000, cuando aparecen y desaparecen gran número de aerolíneas que nacen con carácter regional, y que como tales tienen una competitividad limitada. En 1991, la Dirección General de Aviación Civil decidió no renovar la licencia de vuelo de Canáfrica (Airsur), y en 1992, de Meridiana, compañía resultado de la fusión entre Universair y Línea Aérea Canarias. Igual ocurrió con Euskal Air Not Jet, con sede en Vitoria, que tras una serie de problemas con la multinacional irlandesa Guinness Peat Aviation, que le alquilaba los aviones, echó el cierre el 13 de febrero de 1992.
Entre 1994 y 1999, dejaron de operar otras nueve aerolíneas regionales, entre ellas Centennial (1996), Oasis Airlines (1996) y BCM (1998). A ellas se unieron Prima Air (1996), que operaba en la cornisa cantábrica; Intermediación Aérea (1997), que volaba entre Gerona y Madrid, y Air Truck (1997), que enlazaba Mallorca con las capitales vascas y Santander y que estaba asociada con Líneas Aéreas de Navarra.
La compañía Paknair cubría el trayecto entre Melilla y Málaga, pero tras sufrir un accidente en el que perdieron la vida 38 personas, dejó de operar en 1998. Viva Air, filial de vuelos chárter de Iberia, cerró el 22 de octubre de 1998, lo mismo que Aviaco, que fue incorporada a la entonces aerolínea de bandera en 1999 y sus aviones pintados con los colores de ésta.
Pese a todo, la idea de que en España es muy fácil crear una compañía aérea cala en los empresarios del siglo XXI. Prima Air, con sede en Santander y Galicia, es una de las primeras en caer (2000); lo mismo que la vitoriana ERA, Canarias Regional Air y Air Class. En 2001 interrumpe sus vuelos Andalusair, que con sede en Málaga había intentado romper el monopolio de Binter Mediterráneo, y en 2003 dejan de operar Air Catalunya, Air Almería y South Atlántic.
En 2005 cierra Regional Wings, que cubría trayectos entre las islas del archipiélago balear. Ese mismo cae la canaria Visig Operaciones, y en 2006, Air Madrid, compañía de vuelos transoceánicos de bajo precio a la que Fomento retira la licencia por sus fallos en seguridad. Un nuevo intento es el de Air Asturias, que apenas dura tres meses.
Más recientemente desaparecen la compañía de vuelos chárter Futura, con sede en Palma, y la leonesa Lagún Air, mientras que Spanair que pasa por momentos delicados, consigue al final un plan de viabilidad al ser adquirida a SAS por parte de un consorcio catalán. A estas compañías hay que añadir las de carga que han dejado de operar en estos 20 años.
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