Alimentar a una población en crecimiento, el gran reto del siglo

La única manera de proveer al mundo de sustento en el futuro va a ser incrementando los rendimientos de los cultivos y en ello la mejora vegetal y la edición genética juegan un papel clave

Mejora vegetal, clave para alimentar al mundo

Anove: los cerealistas piden luz verde para la edición genética

Alimentar a una población en crecimiento, el gran reto del siglo
Redacción

23 de diciembre 2023 - 06:00

Las recientes crisis han hecho emerger un reto que era inconcebible en el mundo globalizado de hoy: el riesgo de un horizonte de inseguridad en el suministro alimentario tanto en España, como a nivel mundial.

En un contexto en el que los sistemas alimentarios españoles necesitarán producir más y mejor, con menos recursos (fertilizantes, fitosanitarios, etc.), la actividad del sector de semillas y plantas se configura como una de las herramientas clave para garantizar la resiliencia del sector agroalimentario español y de toda la economía derivada del mismo. Asimismo, la actividad del sector del desarrollo de nuevas variedades vegetales será también necesaria para mejorar la cantidad y calidad de los nutrientes contenidos en los diferentes alimentos cultivados.

Población mundial y proyección hasta 2100 / Dpto de infografía. Fuente: Anove, Insituto Cerdá
Crecimiento estimado de la población / Dpto de infografía. Fuente: Anove, Insituto Cerdá

“Es decir, o se consigue que la actividad obtentora alcance todo su potencial, o no se podrá garantizarse la seguridad alimentaria” nos explica Miguel Hernández uno de los autores del informe elaborado por el Institut Cerdá con el nombre Capacidad del sector obtentor para hacer frente a los retos del suministro alimentario.

Nos enfrentamos a una serie de retos estructurales, como la necesidad de alimentar a una población que crece cada día, y para hacerle frente el mundo deberá impulsar una nueva revolución agrícola que, necesariamente, deberá ser más acelerada que las de los siglos XVIII y XIX. La magnitud del reto existente hace que no se pueda hacer frente al mismo sin un incremento de las productividades de los diferentes cultivos. Y esto teniendo en cuenta que no se debe ni se puede aumentar las tierras de cultivo. Dado los impactos asociados a la deforestación, a los compromisos adquiridos para acabar con la misma a nivel mundial y atendiendo a que los pastos y campos de cultivo ya suponen un 50% de la superficie terrestre, la respuesta a las necesidades crecientes de alimentos no podrá desarrollarse mediante la ampliación de las tierras agrícolas.

Incremento de rendimientos / Dpto de infografía. Fuente: Anove, Insituto Cerdá

Y sabiendo que se prevé que, como consecuencia del cambio climático, el rendimiento global de los cultivos a nivel mundial descienda entre un 3% y un 12% a mediados de siglo, y entre un 11% y un 25% para finales de siglo.

“La seguridad alimentaria (en el sentido de abastecimiento y capacidad de abastecer a la población) constituye uno de los principales retos a los que debe hacer frente la sociedad. Todo apunta a que cada vez más se va a necesitar configurar soluciones que permitan abastecer a la población en escenarios futuros inciertos, y es por ello, que este informe con los datos que expone es fundamental para poner en valor que la solución parte de la mejora vegetal”, expone Antonio Villarroel, director general de Anove.

Como consecuencia de la combinación de los diferentes desafíos a los que debe hacer frente la agricultura, en 2050 será necesario incrementar, en promedio y a escala europea, un 60% los rendimientos de los cultivos respecto a la situación actual.

El ritmo de incremento del rendimiento de los cultivos deberá ser en los próximos 30 años un 20% más acelerado que el observado en las tres décadas pasadas. Y esto sólo es posible con la mejora vegetal.

Necesidad de incremento de rendimientos / Dpto de infografía. Fuente: Anove, Insituto Cerdá

La mejora de la productividad de los cultivos de las últimas décadas (un 50,15% de incremente del rendimiento) ha venido en un 50% por el incremento de inputs, y la tecnificación agrícola y en un 50 % por la mejora vegetal. Se estima que la tecnificación y nuevas técnicas agronómicas (como agricultura de precisión o el incremento de la diversidad funcional), como máximo podrán aportar un 40% del incremento de rendimientos en las próximas décadas. De manera que el 60% restante deberá ser aportado por otras alternativas, principalmente por la mejora vegetal

Para alcanzar los objetivos, el ritmo de innovación en mejora vegetal hasta el 2050 deberá ser un 60% más acelerado que el observado en las tres décadas anteriores. Las nuevas técnicas de edición genética permitirán conseguir esta aceleración.

Las nuevas técnicas genómicas permiten la edición génica sin alteraciones en la composición genética global de la variedad de cultivo, preservando sus características originales. Estas técnicas permiten un mayor control que las tradicionales sobre los rasgos específicos que se desean introducir o modificar en los cultivos. Mediante el empleo de estas, el tiempo necesario para la obtención de nueva variedad se reduce a la mitad, pasando de los 8-10 años actuales a 4-6 años. Además, el coste actualmente en Europa es de unos 4,5 millones de euros, lo que también se vería reducido al disminuir el tiempo de investigación, desarrollo y puesta en mercado.

Actualmente existen una serie de barreras de carácter normativo, administrativo y también de aceptación social debido en la mayoría de los casos a falta de información, que son una barrera en su uso en la Unión Europea. Veremos que nos depara el futuro, pero los datos son claros, sin edición genética las perspectivas no son buenas. O se consigue que la actividad obtentora alcance todo su potencial, o no podrá garantizarse la seguridad alimentaria, lo que conllevará tener que hacer frente a un incremento de los gastos en alimentación , a posibles roturas en el suministro de determinados productos, especialmente para aquella población más desfavorecida, y al riesgo de desaparición de sectores económicos, que más allá de su aportación al PIB, han permitido fijar población en entornos rurales que, de lo contrario, habrían tenido y tendrán que hacer frente a dinámicas de abandono rural.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último