El 'Oasis of the Seas' inunda la ciudad
Turismo
El crucero más grande del mundo hace su primera parada tras surcar el Atlántico en el puerto malagueño Miles de curiosos se acercaron para ver de cerca las dimensiones del buque.
Eran alrededor de las 7:00 horas de la mañana cuando el buque Oasis of the Seas, de la naviera Royal Caribbean, llegaba a la estación de cruceros de Málaga. Medios de comunicación y curiosos se apostaban en el muelle de Levante cargados de cámaras fotográficas para inmortalizar el momento de la llegada del crucero más grande del mundo, con los 4.900 pasajeros que más tarde inundarían las calles de la capital. Nadie se lo quería perder, por lo que el flujo de personas fue continuo durante todo el día. Y no era para menos, las cifras hablan por si solas. Capacidad máxima para 6.300 pasajeros y 2.200 tripulantes, 361 metros de eslora, 47 metros de manga y 65 metros de altura que conforman las 16 cubiertas del barco.
El Oasis of the Seas partió hace 11 días del puerto de Fort Lauderdale, Florida, hacia el continente europeo y su primera parada en tierra firme ha sido Málaga, donde permaneció hasta las 20:00 horas de la tarde, cuando partió rumbo a Barcelona. Un total de 28 autocares turísticos esperaban a los más de 1.100 pasajeros que tomaron distintos rumbos hacia monumentos y lugares de interés de Andalucía.
Robert es uno de los pasajeros del buque que viaja con su madre y escogieron la Cueva de Nerja, para pasar las horas de las que disponían en la zona. "Nos han dicho que son espectaculares y por eso la hemos elegido", comentó mientras aseguraba que el crucero era impresionante. "Es viajar con todas las comodidades que puedas necesitar. Hay siete vecindarios en el barco y se pueden visitar todos", informó.
Otro de los afortunados de surcar el Atlántico en este crucero es Maik, junto con su mujer Edi y su hija Nel. Ellos empezaron sus vacaciones viajando desde Alemania, donde viven, hasta el Caribe y de allí fueron hasta Florida para coger el buque. "Para mi lo más sorprendente es que aún habiendo más de 4.000 pasajeros , no está lleno. Siempre que quieres hacer algo, encuentras sitio fácilmente", explica. Para su mujer una de las cosas que más le han impresionado es el pequeño "parque" con alrededor de 12.000 plantas vivas con el que cuenta Oasis of the Seas. "Tienen especies muy raras de todos los continentes", afirma a lo que su marido añade que es "otro mundo dentro de un barco" . Maik confirma con tristeza que no podrá probar todas las actividades que se ofrecen. "A veces piensas si bajar en los puertos, porque hay tantas cosas por hacer arriba", manifiesta.
Para Roberta López viajar en este barco ha sido su sueño hecho realidad. "Siempre he querido venir a España. Ese era sobre todo mi deseo", testifica. Para ella, como para muchos de sus compañeros de travesías una de las mejores cosas son los espectáculos nocturnos. "Hay una gran variedad. Teatro, salsa, e incluso, exhibiciones sobre hielo", declara.
Los pasajeros que decidieron quedarse a visitar la ciudad pudieron desplazarse en nueve autocares turísticos o en los autobuses lanzaderas que los llevaban al edificio de la Autoridad Portuaria. Aunque muchos decidieron hacer el trayecto a pie dando un paseo para visitar tranquilamente la capital. Es el caso de los brasileños Simone y Marcio, que viven actualmente en Orlando y decidieron ir al centro histórico a pie para andar en tierra firme. "Para mi han sido demasiados días en el barco", asevera él, mientras ella comenta que se quedaría muchos más. Tienen planeado ir a la Catedral, la Alcazaba y, si les da tiempo, al museo Picasso.
La otra cara de la moneda de la jornada fueron las de los malagueños que no se quisieron perder la visión del buque en aguas de la capital. Una de las más madrugadoras fue Rocío Ortiz, que se levantó a las 7:00 horas y fue acompañada de su pareja y sus suegros. Ella iba cargada con su cámara de fotos para sacar la instantánea perfecta. "Estamos cogiendo muy buena luz gracias al amanecer y, como el puerto está tan cerca de la ciudad, salen preciosas", indicó y agregó: "Yo estuve de crucero en un barco en el que había unos 3.000 pasajeros y era complicado orientarse. No quiero ni pensar como debe ser en este".
Otra de las que se acercó fue María de Carmen que se desplazó desde su casa, situada en la zona de la playa de La Misericordia hasta. "Lo he visto desde mi terraza y me he dicho tengo que ir a verlo. Quien pudiera montarse e irse de vacaciones", afirma explicando que es una forma de viajar muy cómoda ya que no se van a distintos puntos y no hay que mover el equipaje de lugar. "Mi marido quiere repetir, pero para no moverse del buque".
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