La planta de Schweppes en Alcalá revive de la mano de Sunny Delight
Casi el 70% de la producción la absorben los zumos, cuya fabricación arrancó en 2012, mientras que el resto corresponde a La Casera
Orangina Schweppes quiso darle un impulso a la fábrica de Sevilla en 2012 con el traslado de la producción de su producto Sunny Delight, que hasta ese momento se hacía en Mataró, y dos años después la elaboración de este zumo ya se ha convertido en el eje principal de la factoría. De hecho, el 67,6% de la bebida que sale de las instalaciones ubicadas en Alcalá de Guadaíra ya corresponde a esta familia de zumos dirigidos principalmente al público infantil, mientras que el 32,4% restante lo acapara La Casera. Pese a que aún no está al 100% de su rendimiento, la planta ya alcanzará este año una producción total de 63 millones de litros, de los que 43 serán de la marca Sunny y 20 de La Casera.
La compañía Orangina Schweppes, que pertenece al grupo japonés Suntory, realizó una inversión de 28 millones de euros en la planta de Alcalá en 2012 para incorporar una nueva línea aséptica de envasado de zumos, un sistema que permite eliminar microorganismos y patógenos y, en consecuencia, trabajar en ausencia de conservantes y colorantes. Esto supuso un fuerte espaldarazo para Sevilla, puesto que acogía, así, una de las embotelladoras asépticas más grandes de Europa, con capacidad para llenar 40.000 botellas a la hora. Asimismo, con esta incorporación se vino a cubrir el hueco que había dejado en la fábrica la marcha de otros productos y formatos -como el vidrio y las latas- que se trasladaron a la planta de Toledo, la otra que tiene Orangina Schweppes en España, de mucho mayor tamaño -alberga siete líneas de envasado frente a las dos que tiene Sevilla, que ahora ya sólo trabaja con plástico PET-. Junto a éstas, la compañía cuenta con un centro de concentrados en Carcagente (Valencia) y uno de I+D en Tordera (Barcelona).
La nueva línea de Sunny se instaló en Alcalá porque Andalucía es una de las principales regiones consumidoras del producto y, por ello, acapara desde entonces su producción en exclusiva. De su otra variedad, La Casera, sin embargo, también se hace parte en Toledo. Los zumos elaborados en la planta hispalense parten con rumbo a toda España, Portugal y Francia (este último país se incorporó en diciembre de 2013). "La decisión se tomó pese a saber que el transporte es muy caro, ya que se tiene que hacer en camiones frigoríficos; el coste de ir de Sevilla a Francia es mayor al de producción, pero aún así resulta competitivo", aseguró ayer Carlos Santos, director de operaciones de Orangina Schweppes España durante una visita a las instalaciones.
El peso de Sunny en la factoría sevillana ha ido in crescendo desde su desembarco. De hecho, a día de hoy, de las 100 millones de botellas que se fabrican anualmente en las instalaciones, en torno a 81 millones pertenecen a esta marca frente a los 15,5 de La Casera -en Toledo se hacen 100 millones de botellas al año de este producto-. Para su elaboración, la compañía emplea 15 toneladas de ingredientes -zumo, vitaminas, aromas...- y 187 millones de litros de agua, dado que es el principal componente de Sunny al suponer entre el 40% y el 50% del producto final.
En total, en la fábrica de Alcalá trabajan 67 personas fijas, mientras que, en verano, temporada alta para la compañía por el mayor consumo de refrescos y zumos, llegan a alcanzar las 77. Entre mayo y septiembre, la planta se coloca al 80-85% de su capacidad de producción, mientras que la media anual está en el 60%. Los ingredientes y el packaging llegan desde distintos puntos de España y Europa, puesto que no tienen una política de compras centradas a nivel local. La planta nació en 1959 de la mano de La Casera en la calle Luis Montoto, pero en 1984 se trasladó a Alcalá. Su récord de producción se alcanzó en 2003 con 124 millones de litros -frente a los 63 que registrará este año.
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